(Conferencias para docentes de integración de un Colegio de Vallecas)

PRIMERA ENTREVISTA

Si bien el comienzo aparente de la primer entrevista es el encuentro de la pareja de padres y el docente, todo lo que ha ocurrido desde que se planteó el ingreso del niño a determinado colegio forma parte de ella.

Interesa si fue una elección de los padres o fue determinado por otro (Institución, Estado, etc.) y qué relación y valoración tienen los padres de ese otro.

Con la primer entrevista propiamente dicha, no conviene, si se dispone de tiempo (y si no, mejor programar una serie de entrevistas. Otra vez el tiempo puede ser una dificultad, pero tropezaremos con ella a cada paso), no es conveniente apresurarse a hacer preguntas o a pedir los esquemas antes mencionados.

Es mejor dejar hablar a los padres, y, si tienen dificultad en hacerlo, ayudarlos con preguntas de tipo general (”¿Cuéntenme?”), o, si se detienen: “Vosotros me estabais contando…”.

Así surgirá una “historia” espontáneamente narrada y cierta información que podríamos obtener apresurándonos a interrogarlos según un modelo previsto.

Poco a poco, podemos irnos ciñendo a los datos que más nos interesan:

– ANTECEDENTES: inicio de la enfermedad, su evolución, marcando los momentos de cambio. Actitudes y explicaciones del niño y de los padres frente a la enfermedad.

– EXPECTATIVAS QUE TIENEN CON ESTA EXPERIENCIA ESCOLAR.
– COMPOSICIÓN Y CARACTERÍSTICAS DE LA FAMILIA.
– DATOS EVOLUTIVOS DEL NIÑO/A.
– OTROS PROBLEMAS QUE PREOCUPAN A LOS PADRES, ADEMÁS DE LA ESCOLARIDAD.
– OTROS PROBLEMAS QUE PREOCUPAN A LOS PADRES, ADEMÁS DE LA ENFERMEDAD.

No podemos atenernos a un protocolo (si no nos ahogaría con una información escrita, y no es así).

La entrevista debe ser a la vez observador y participante, para obtener indicios a propósito del vínculo de la pareja parental, su funcionamiento entre sí y con sus hijos (el “enfermo” y los otros) y, lo más importante, qué esperan esos padres de nosotros.

Para hacer, siempre con reparo, sin asegurarnos, un diagnóstico de situación que nos impida ver cómo las cosas van evolucionando; un diagnóstico de situación, un probable pronóstico y una propuesta de trabajo, tendremos que respondernos a varias preguntas.

¿Qué miembros de la familia se sienten comprometidos por la enfermedad del niño?.

¿Están adaptados a esta enfermedad? ¿Demasiado adaptados (o sea, resignados)? ¿Demasiado poco (con fantasías irrealizables)?.

¿Ese niño se ha desarrollado adecuadamente, dentro de los límites que le impone su enfermedad, en áreas como lenguaje, aprendizaje, emocional…? ¿O hay otros factores que están entorpeciendo su desarrollo?.

¿Cuáles son las posibilidades de que, mediante nuestra intervención, la familia pueda acomodarse mejor a su situación?.

Para esto nos pueden ser de ayuda los movimientos que hemos enumerado, aunque no desarrollado:

– CONSTITUCIÓN DE LA ALIANZA DE LOS PADRES frente a la enfermedad del niño (¿cooperan o se enfrentan?), lo que dependerá de la intensidad y características de su VÍNCULO.

– FAMILIAS DE ORIGEN: composición, características de las relaciones que tienen con el niño y con los padres.

– FUNCIONES MATERNA Y PATERNA: ¿Está la madre demasiado fusionada con el niño? ¿O demasiado poco? ¿Interviene (e interfiere) el padre en esta relación?.

– NOMBRES PROPIOS: en relación al árbol genealógico. La causa por la que se ha elegido un determinado nombre nos informa mucho sobre las expectativas previas respecto de ese niño.

– ORGANIZACIÓN DEL ESPACIO Y TIEMPO FAMILIAR.

Este artículo ha sido redactado por profesionales con más de 25 años de experiencia en el sector de psicología y psiquiatría. Tenemos gabinetes en Majadahonda y Madrid Centro. Si tienes más dudas o deseas consultarnos algo llámanos al 607 99 67 02 o escríbenos a info@persona-psi.com