Imagen Culpa

El cómico norteamericano Emo Philips contó en una ocasión el siguiente chiste: “Cuando era pequeño solía rezar cada noche para tener una bicicleta. Un día me di cuenta de que Dios no funciona así, de modo que robé una y recé para que me perdonara.”

El sentimiento de culpa está ligado, tradicionalmente, a transgredir la moral internalizada y sentirse, por ello, merecedor de un castigo. Esta transgresión puede realizarse por medio de un acto, de un pensamiento, de una fantasía consciente o inconsciente. El hecho de que pueda ser inconsciente hace que muchas veces nos sintamos culpables por razones equivocadas.

La sociedad actual empuja a buscar la satisfacción de los impulsos de forma inmediata y sin reparar en los medios. Quizás por eso, muchas personas, sobre todo jóvenes y adolescentes, incluso niños, actúan con total impunidad y sin sentirse nunca responsables de sus actos.

Si el mandamiento es gozar lo máximo posible, algo que se manifiesta, por ejemplo, en la compulsión al consumo o las múltiples adicciones, no hay culpabilidad por esa búsqueda incontrolada de satisfacción.

La psicología, a través de los medios de difusión masiva, nos exige que seamos felices. Paradójicamente se desarrollan nuevas culpabilidades: la de no gozar lo suficiente, la culpa por la tristeza que forma parte de la vida, la culpa por sentirse culpable.

Por otro lado, la psiquiatría biológica des-responsabiliza al sujeto de su propio malestar. Cada vez más acontecimientos vitales pretenden ser explicados por causas moleculares, genéticas o de neurotransmisores. Así las preferencias sexuales, los trastornos mentales, incluso las infidelidades, dificultades de aprendizaje o inversiones especulativas, adquieren explicaciones biológicas (aún no probadas) que quitan toda responsabilidad a los sujetos y a la sociedad.

¿Qué sentimiento toma hoy el relevo de los sentimientos de culpabilidad y de vergüenza? Probablemente la angustia, lo que explicaría el aumento incesante de los llamados trastornos de ansiedad, desde el estrés post-traumático hasta los ataques de pánico.

 

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