Un diagnóstico, pongamos como ejemplo el de Trastorno Límite de la Personalidad (TLP), uno de los más frecuentes hoy en día, puede tranquilizar a un sujeto, porque le pone nombre a los problemas que tiene y les otorga una causa supuesta, una enfermedad.

Pero luego esa misma persona se pone a consultar por internet y encuentra comentarios de todo tipo, se siente identificado con muchos de ellos, se ve ante una enfermedad sin cura (eso es lo que dicen muchos comentarios y notas sobre el TLP) y lo inunda la angustia. Los efectos pueden ser devastadores.

No es esto lo que muestra nuestra experiencia clínica. Al contrario, en esa ya larga experiencia nos hemos encontrado con muchas personas distintas, también con muchos diagnósticos diferentes, y la mayoría de ellas, con un tratamiento adecuado y mucho trabajo por su parte, han progresado, evolucionado y desarrollado una vida que podemos llamar “normal” (palabra que no nos gusta porque implica una sujeción a la norma y nosotros trabajamos con personas, no con diagnósticos, personas que deben crear una solución personal y singular a los problemas que las aquejan).

Hay una diferencia significativa entre el ser y el tener. Muchas personas se presentan en nuestras consultas diciendo “Soy un TLP” o “Soy un TOC”, o “Soy un bipolar”, etc. Nadie es un TLP, nadie es un diagnóstico, sino una persona con determinados problemas que le han valido ese diagnóstico. La esencia de las personas no suele variar, pero las enfermedades, trastornos o diagnósticos sí pueden cambiar trabajando con ese fin.

Este artículo ha sido redactado por profesionales con más de 25 años de experiencia en el sector de psicología y psiquiatría. Tenemos gabinetes en Majadahonda y Madrid Centro. Si tienes más dudas o deseas consultarnos algo llámanos al 607 99 67 02 o escríbenos a info@persona-psi.com