Psicoterapias

PSICOTERAPIAS

En nuestro país existen muchos prejuicios respecto de las psicoterapias. Pareciera que el sólo hecho de consultar a un profesional hiciera caer sobre uno la sospecha de ser un enfermo mental. Tampoco contribuyen las nuevas clasificaciones que designan cualquier dificultad psicológica como trastorno o enfermedad mental.

Pero en la práctica no es así. Las consultas abarcan desde auténticos trastornos, como pueden ser, por ejemplo, los trastornos de personalidad, hasta dificultades para disfrutar la vida en su plenitud. El objetivo es siempre el mismo: reducir significativamente el sufrimiento, atenuar los síntomas psíquicos, mejorar la calidad de vida. Si una persona se encuentra mal, si sufre más de lo inevitable, tiene el deber consigo misma de recurrir a un profesional para resolver sus problemas y conflictos.

Pongamos como ejemplo algunas de las últimas consultas que hemos recibido, con nombres ficticios por supuesto. Ana consulta porque padece desde hace años un Trastorno Límite de Personalidad (TLP) que afecta negativamente al conjunto de su vida, Leo no puede conseguir una pareja que le resulte satisfactoria, Silvia tiende a elegir inconscientemente parejas que la desvalorizan, Hugo padece una Fobia Social que lo limita en su desarrollo profesional, Diana está deprimida, Enrique padece un  Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) que le produce mucho sufrimiento, Elena sufre crisis de ansiedad, Oscar dificultades de atención, etc. Algunos han realizado tratamientos medicamentosos y/o psicoterapéuticos sin mayores resultados, otros es la primera vez que consultan.

Todas estas personas necesitan ayuda profesional, recurrir a ella es un acto que requiere valor, pero a la vez es el primer paso para resolver sus dificultades y mejorar su vida.

Nuestra dilatada experiencia nos ha llevado a una psicoterapia ecléctica recurriendo a las técnicas y procedimientos de distintas corrientes psicoterapéuticas (psicodinámica, cognitivo-conductual, sistémica, EMDR, hipnosis, etc.) que en la experiencia se han demostrado más eficaces seleccionado las que mejor se adapten a la singularidad de cada persona.

Trabajamos con entrevistas abiertas, sin recurrir a farragosos y mecanizados protocolos que pueden ser útiles cuando el profesional tiene poca experiencia clínica pero que son innecesarios cuando existe una prolongada experiencia. Los protocolos están definidos para cada patología, pero no todas las personas son iguales. Nuestras terapias se centran en la persona que consulta, con su singularidad, ya que no existen dos personas iguales y, por lo tanto, sus necesidades no son idénticas. Como dice Erich Fromm: “nunca la experiencia de una persona es idéntica a la experiencia de otra… de hecho, hasta la experiencia de una misma persona no es nunca la misma en ocasiones diferentes, porque nadie es exactamente el mismo en dos momentos de su vida”.

Para aumentar la eficacia y reducir la duración del tratamiento lo focalizamos en el motivo de consulta, la mayor dificultad del paciente, el síntoma más acuciante. Una vez resuelto éste el paciente puede dar por finalizada su terapia, habiendo obtenido una ganancia de saber sobre sí mismo y erradicado aquello que más lo torturaba, inhibía y limitaba su vida. O puede solicitar continuar para resolver otros conflictos.

PAREJAS

No se trata de sostener una pareja a cualquier precio, aun el de la insatisfacción de ambos, pero tampoco de romperla ante la primera dificultad.

La psicoterapia de pareja, al favorecer que dos personas se escuchen, que puedan llegar a comprender al otro y entender qué es lo que pasa en su pareja, a superar malentendidos e impasses, puede permitir atravesar crisis y que una pareja revea su funcionamiento y remueva los obstáculos que se interponen; o descubrir que ya la pareja no es lo que quieren; pero siempre lo harán con mayor realismo y claridad en su elección.

Cuando decimos que una pareja está pasando una crisis nos referimos a un “problema, conflicto o situación delicada”, pero una crisis, pese al dolor que conlleva, no tiene sólo un sentido negativo. Según el diccionario crisis es una “mutación considerable en una enfermedad tras la cual se produce un empeoramiento o una mejoría”, un “cambio importante en el desarrollo de un proceso que da lugar a una inestabilidad” (Espasa-Calpe).
En su sentido original, etimológico, en griego significaba separación, pero también juicio y decisión. Una crisis puede llegar a ser precisamente lo que posibilite una nueva oportunidad, en vez de resignarse a la repetición de lo mismo, cuando eso mismo produce más displacer que placer.

El objetivo de la psicoterapia de pareja es generar un cambio en la relación. Cuando una pareja consulta es porque desean mejorar su relación y no han conseguido hacerlo solos. Generalmente la acción de uno provoca una reacción en el otro que, a su vez, provoca una nueva conducta en el primero, generándose una espiral conflictiva aparentemente sin salida. Para cortar esa espiral destructiva es necesaria la intervención de un tercero, un profesional formado y experimentado para realizar un trabajo conjunto, llegar a acuerdos realistas y verificar su cumplimiento.

ADOLESCENTES

Miguel es acosado por sus compañeros, Ana no encuentra amigas, Alfredo no puede concentrarse ni aprender nada nuevo, Aurora vive encerrada en su casa, Juan Carlos no para en ella, Mónica padece ansiedad y fuertes angustias, Sergio sufre ataques de ira y rompe todo, Melina se siente gorda y tonta, cree que no vale nada, Agustín tiene síntomas obsesivos y compulsivos, Violeta bebe excesivamente…

Todos estos niños ya crecidos o jóvenes en ciernes tienen dificultades, pero no consultan. A algunos ni se les ha pasado por la cabeza, a otros se lo han propuesto sus padres pero temen a lo que podrían pensar sus compañeros si lo supieran. No se dan cuenta de que reconocer que se tienen dificultades y recurrir a la ayuda de un profesional es el primer paso para resolverlas. Consultar a un psicoterapeuta requiere valor.

La adolescencia es una edad difícil, una edad de transición de la infancia a la juventud en la que tanto el cuerpo como el modo de vida y las expectativas sufren grandes cambios.

Recurrir a un profesional, sabiendo de entrada que lo que le diga será absolutamente confidencial, puede ser la mejor manera de atravesar esta transición sin consecuencias negativas para el futuro.

NIÑOS

Existe prejuicio y temor para llevar a nuestros hijos a una consulta. Y, sin embargo, la psicoterapia con niños, incluso pequeños, ha demostrado ser la más eficaz y reducida en el tiempo. Eficacia no sólo para solucionar dificultades del presente sino para prevenir las del futuro. Y sin ningún efecto traumático sobre los niños porque jugando y hablando van resolviendo sus problemas.

¿Cuándo recurrir a una psicoterapia para niños?

Cuando las dificultades que presenta nuestro hijo o hija han desbordado los recursos de los padres.
Cuando los padres comienzan a angustiarse o preocuparse por los problemas de sus hijos (sobre todo las madres suelen ser muy sensibles para detectar pensamientos, sentimientos o conductas anómalas).
Cuando en el colegio nos llaman la atención sobre problemas de aprendizaje o de conducta, exceso de distracción o inquietud, dificultades para relacionarse con otros niños, peleas, llantos, etc.
Antes de administrar cualquier medicación o para abreviar su uso. Nosotros somos partidarios de evitar, suprimir o, al menos, reducir la medicación en niños, porque siempre tienen efectos secundarios. Y la psicoterapia ha demostrado ser un recurso muy eficaz para esto.
¿Qué problemas tratamos?

Trastornos del aprendizaje o la conducta
Dificultades de comunicación
Trastornos del desarrollo
Trastorno por Déficit de Atención (TDA) con o sin hiperactividad
Comportamiento perturbador
Dificultades sociales
Trastorno negativista desafiante
Trastornos de la alimentación
Tics
Enuresis (dificultades para controlar la orina) o Encoprecis (dificultades para controlar las heces)
Angustia, terrores nocturnos, pesadillas.