Carta anónima

Quiero agradecer a la Dra. Marina Averbach y al Dr. que se encarga de la unidad TLP en el Hospital de Zaragoza (Ahora no recuerdo su nombre) sus comentarios en vuestra página WEB (usuarios.discapnet.es/border)

Hace tres años me diagnosticaron un “trastorno de personalidad”. Estoy hablando de una clínica privada (pagaba 7000 pts por cada consulta) y de un reputado psiquiatra de mi ciudad que además ejerce como Especialista en el Centro de Salud Mental local y que suele realizar guardias en el hospital público más importante de esta ciudad. (No realiza demasiadas actividades?. Cómo encuentra tiempo para concentrarse?. Cómo dedica a sus pacientes el tiempo que estos necesitan?).

Cuando acudí a este mismo médico a través de la sanidad pública a mí me cambiaron la fecha de visita, tras estar un mes y medio en lista de espera, a otro mes posterior, porque el Dr. “tenía demasiado trabajo”. Protesté y el médico no le quedó mas remedio que atenderme. Protesté también ante el Director del Centro de Salud Mental y sugerí un cambio de médico pero éste me dijo que este señor era el mejor especialista con que contaba el Centro.

Aquel Psiquiatra no especificó nunca de que tipo era ese Trastorno de la Personalidad, no me informó acerca de la enfermedad, tampoco sobre los posibles efectos secundarios del medicamento que me recetó. Es más aconsejó que no leyera el prospecto porque podría “obsesionarme con los efectos secundarios”. La cuestión es que estuve casi un año tomando este medicamento y lo único que recuerdo, además de un sufrimiento interno difícil de explicar, es el tremendo cambio que dio mi carácter, pero en negativo. Me convertí en un zombi. Conseguí algunos adelantos como un trabajo estable y al menos tengo una nómina cada fin de mes.

Dejé de frecuentar por completo cualquier tipo de relación social. Dejé de ir al cine, de escribir, de viajar. Perdí el interés por todo y por todos. Realicé un viaje durante mis vacaciones pero no recuerdo haberlo pasado tan mal en toda mi vida, se trataba de un viaje organizado y tenia que relacionarme con las 52 personas que componían mi autobús. Los ataques de pánico, la ansiedad perpetua, el sufrimiento, la angustia que me atenazaba cada día desde que me levantaba hasta que me acostaba. Es algo imposible de explicar. Volví con mas cansancio del que me había ido, y efectivamente tuve que solicitar una baja por enfermedad.

No he dejado de luchar. He acudido a cuantas consultas de psicólogos y psiquiatras me han hecho falta. Me han diagnosticado “TP”, Otras veces “Depresión”, otras “ansiedad”, y hasta agarofobia. Mi familia no me ha ayudado. Mi psiquiatra no sugirió en ningún momento la posibilidad de hablar con ellos, de informarles. Tampoco me habló de la importancia de su apoyo. Ellos no son conscientes de que tengo algún tipo de enfermedad. Solo piensan que estoy pasando una mala racha. También dan por sentado que tengo mal carácter y en mas de una ocasión me han dicho que les hago la vida imposible. Sostienen que no pongo nada de mi parte, pero hace tres años que vengo dando vueltas por el Centro de Atención Primaria, por el Centro de Salud Mental y por consultas privadas de un psiquiatra y varios psicólogos pidiendo una segunda opinión y buscando desesperadamente una solución.

Estoy tomando la medicación. Los médicos me han cambiado los tratamientos farmacológicos y las dosis en varias ocasiones buscando una mejoría. Y siempre he obedecido como un corderito. Por supuesto, he tenido pensamientos de suicidio, he llegado hasta el punto de “No puedo más”. Siempre en soledad. Aún no se con exactitud qué me ocurre, pero ayer leí vuestra página y se abrió un horizonte para mí. Me sentía que cumplía casi prácticamente todos los síntomas. Vamos una TLP de libro, me dije. Pero me da miedo ponerme en tratamiento. Sufriré una variación significativa en mi carácter? Soy una persona creativa. Me gusta el arte, el cine, leer, viajar, compartir. Me convertiré en otra persona si me someto a un tratamiento estricto? Yo no quiero ser otra persona. Solo quiero corregir algunos defectos de mi carácter que me frenan y que realmente me han imposibilitado para mantener relaciones sociales, para establecer nuevas amistades o conservar las que ya tengo. Eso fundamentalmente.

Mi familia quiere que me convierta en otra persona. Durante el tratamiento me convertí en un mueble, pero ellos estaban felices, se felicitaban a si mismos y decían “que maravilla, eres otra persona”. Y aquí le doy la razón a la Dra. Averbach: Qué quería la madre de Raúl (artículo de “El País”)? su propio bien o el de Raúl? Lo consecuente sería desear en lo posible el bienestar de los dos.

También al Dr. de Zaragoza le doy la razón en algo: Los médicos no quieren enfermos TLP. Les suponen demasiadas complicaciones. No creen en nosotros y parece ser que efectivamente están mentalizados de que un porcentaje muy elevado de TLP esta abocado al fracaso. Por favor, no pensemos así. Ese es el primer paso para que, efectivamente, fracasemos.

Gracias por escucharme. Esta carta es anónima porque solo ayer me di cuenta de que mi TP podría ser “límite”, solo ayer tuve la suerte de poder ponerle a esto un nombre, algo, aunque tal vez existan TLP de varios tipos. Tengo que pensar, meditar, reflexionar. Cuando lo haga si lo digiero, si llego a la conclusión de que efectivamente esto es lo que me ocurre me pondré en contacto con Uds. Les agradecería si alguien pudiera responder a mis preguntas en su página WEB.

Un saludo y gracias por todo.

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