Psicoanálisis

PSICOANÁLISIS

– “Desembaracémonos del hombre medio, que no existe. Es una ficción estadística. Existen los individuos, eso es todo. Cuando oigo hablar del hombre de la calle, de encuestas de opinión, de fenómenos de masas y cosas de ese tipo, pienso en todos los pacientes que he visto pasar por el diván en cuarenta años de escucha. Ninguno se parece a otro ni tiene las mismas fobias, las mismas angustias, la misma manera de relatar, el mismo miedo a no comprender. El hombre medio, ¿qué es eso? ¿Yo, vosotros, mi portero, el Presidente de Gobierno?”
Jacques Lacan, psicoanalista

Prejuicios:

1. Se acusa hoy al psicoanálisis de ser una psicoterapia pasada de moda. En un mundo occidental que produce y consume nuevas psicoterapias a velocidad de vértigo esta relativa antigüedad implica que si ha subsistido es porque muchas personas han encontrado beneficios en el psicoanálisis a lo largo del tiempo, por lo que podríamos considerar esta extensa trayectoria más como una virtud que como un defecto.

2. Suele confundirse al psicoanálisis con sus atributos externos: el diván, el analista silencioso, la larga duración del tratamiento. Pero el psicoanálisis puede prescindir tanto del diván como del silencio, y su duración sólo es necesariamente larga en algunos casos, especialmente para aquellas personas que aspiran a ser psicoanalistas.

3. Existen tratamientos más breves que los analistas llamamos de efectos terapéuticos rápidos, psicoanálisis aplicado o focalizado, psicoanálisis breve, psicoterapia breve de orientación psicoanalítica, psicoterapia psicodinámica, según las diversas escuelas y corrientes.

Entonces, ¿qué es lo que diferencia al psicoanálisis de las restantes psicoterapias?:

1. El psicoanálisis pretende barrer con las rígidas fronteras entre salud y enfermedad. Para Freud nadie es absolutamente sano ni totalmente enfermo, de lo que se desprenden algunas consecuencias:

  • Para llegar a ser psicoanalista hay que practicar previamente el psicoanálisis en condición de analizante (paciente) durante muchos años, no sólo para incorporar la técnica sino para que el desconocimiento de uno mismo no afecte a los pacientes.
  • Exigencia de una amplitud y profundidad que no existe en ninguna otra alternativa psicoterapéutica.
  • La relación no se establece entre un terapeuta sano y un paciente enfermo, sino entre dos sujetos humanos, uno de los cuales posee un saber del que puede beneficiarse el otro.
  • El método psicoanalítico se funda en dos reglas básicas:
    • Asociación libre: El paciente intenta decir lo que le pasa por la cabeza (preocupaciones, asociaciones de ideas, recuerdos, sueños, ocurrencias) sin prejuzgar si son importantes o no, apropiadas o no, etc.
    • Atención flotante: El analista se compromete a escuchar activamente el decir del paciente y devolverle sus palabras bajo una nueva luz. A la vez, garantiza que la experiencia analítica tiene sentido por su propia experiencia y la de sus otros pacientes.

2. El psicoanálisis es hoy la única psicoterapia que realmente respeta al individuo. En una época en que casi todo el mundo se dice individualista, los individuos son agrupados por la psiquiatría y la psicología al uso en dos grandes grupos: sanos y enfermos. Y los enfermos son a su vez subdivididos en múltiples “trastornos”. Muchos pacientes se presentan diciendo de sí mismos: soy un TLP, o un TDA-H, como si ese dato resumiera su individualidad. El tratamiento psicoanalítico se fundamenta en interrogar al paciente sobre las causas de su propio sufrimiento, no sobre un diagnóstico ni sobre un protocolo.

3. Una de las singularidades del tratamiento psicoanalítico y psicodinámico es la ausencia de protocolos, es decir de métodos estandarizados para cada “trastorno”independientemente de la subjetividad de cada persona.

4. Estas singularidades hacen que el psicoanálisis haya sido casi siempre extraoficial. Esta extraterritorialidad del psicoanálisis respecto de las políticas oficiales en materia de salud mental le confiere ciertas particularidades:

  • No se enseña en las universidades (con algunas excepciones: Francia, Argentina y Estados Unidos). La mayoría de psicólogos y psiquiatras no han leído en su formación textos psicoanalíticos y sí abundantes textos críticos (como reconoce el filósofo y político Ángel Gabilondo, ex rector de la Universidad Autónoma de Madrid y simpatizante del psicoanálisis). Esto no quiere decir que no respetemos críticas fundadas al psicoanálisis, sino que la mayor parte de las críticas son realizadas por gente que desconoce la disciplina que critica.
  • La formación psicoanalítica es extraoficial, independiente y más exigente que la formación universitaria. Exige un psicoanálisis prolongado de los aspirantes a psicoanálisis y una formación teórica mucho más extensa que la de otras psicoterapias.

El psicoanálisis se distingue de cualquier otra alternativa psicoterapéutica en que el objetivo no se somete a un protocolo y su finalidad depende de lo que el analizante (paciente) quiera cambiar en sí mismo y en su vida, por lo que la duración del tratamiento depende de su deseo. Es el paciente, y no el analista, el que decide cuando dar por finalizado un tratamiento.

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