Sobre los agredidos

Cualquiera puede ser víctima de acoso. Se registran casos de acoso escolar desde los 3 años hasta el final de la adolescencia, aunque la frecuencia suele disminuir con la edad. “Cualquier pretexto es suficiente para convertir a un

menor en víctima”, afirma Guillermo Cánovas, presidente de Protégeles.

No obstante, podemos decir que sí hay una característica común en todas las víctimas de acoso: ser diferentes. La diferencia no es sólo una excusa. No sólo los niños y adolescentes, sino que muchos adultos en nuestra
sociedad no toleran las pequeñas diferencias
.

Suele afectar más a niños obesos, con gafas, niños de los que no gusta el aspecto físico o, al contrario, gusta demasiado, homosexuales, que sacan buenas notas, o muy malas, o… la lista es inagotable.

Sobre todo en las niñas, la causa con cierta frecuencia reside en la envidia o los celos. Muchas veces el acoso empieza por parte de quien hasta hace poco era amigo, incluso mejor amigo, alguien que conoce muy bien a la víctima y tiene mucha información sobre ella, lo que la hace más vulnerable.

“Los recreos y los cambios de clase eran un infierno. Temía el momento en el que el profesor abandonaba el aula, porque empezaba el hostigamiento”. La chispa la encendió una “ex amiga”. “Ignoro el motivo, pero de la noche a la mañana empezó a propagar falsos rumores. Tal vez me tenía envidia porque yo sacaba buenas notas, pero no lo sé. El caso es que consiguió poner a toda la clase en mi contra”.

Creo que merece una mención el caso de los niños que tienen un problema mental o psicológico. Puede ser desde un retraso mental, aunque sea ligero, un niño o niña diagnosticado con el frecuente Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad (TDAH) hasta una simple inhibición. O un trastorno más grave.

En una ocasión presionaban a la madre de un paciente en un colegio privado para que no inscribiera al niño en el colegio para el próximo curso. Hablé telefónicamente con la psicóloga del centro y le dije que el niño era especialmente vulnerable porque era un niño psicótico. La psicóloga me contestó: “¿No ves? Me lo estás confirmando: el problema es él”. La madre decidió no presentar la denuncia para no someter a su hijo a mayor presión. Lo cambió a otro colegio. El tutor habló con algunos de sus compañeros para que lo protegieran y ayudaran a su integración, con muy buenos resultados.

¿Cómo detectar si nuestro hijo es víctima de acoso?

Las situaciones de acoso suelen permanecer ocultas para los adultos. Especialmente a partir de los 10 o12 años. “Es importante estar atentos a cambios notables en el comportamiento, por ejemplo, si antes hablaba de sus amigos todos los días y ha dejado de hacerlo. O si el fin de semana está bien y el domingo por la noche muestra nerviosismo. También si le preguntamos y responde con evasivas”, explica la psicóloga Alicia García de Pablo.

“Mi hijo llegaba a casa triste, llorando, no quería ir al colegio. Cada día se inventaba una excusa: que si me duele un pie, que si una mano, que si la tripa… Teníamos que llevarle prácticamente a rastras“.

Muchas víctimas de acoso escolar muestran introversión, dejan de hablar, se quieren retirar rápidamente de la mesa, no salen los fines de semana, o vuelven a casa rápidamente tras terminar las clases.

En algunos casos bajan las notas o muestran tristeza, ansiedad…

El problema que dificulta la detección es que estos síntomas son inespecíficos y pueden responder a distintas causas, sobre todo en la adolescencia.

¿Por qué no lo cuentan?

A las víctimas de acoso escolar les sucede como a muchas mujeres que sufren violencia machista: se sienten culpables y avergonzadas. Las vejaciones y el sentimiento de aislamiento socavan la autoestima hasta límites insoportables, lo que dificulta al acosado para buscar ayuda. Otras veces temen ser ignorados, o despachados con el típico: “Son cosas de niños” por padres o docentes.

“Yo le preguntaba si jugaba con los demás niños, y me decía que sí”. Así un día tras otro. Hasta que una tarde no pudo más, y se derrumbó. “Mamá, es que los niños me pegan”. “Pero tú también les harás algo”. “No, yo no hago nada”.

De entrada, casi todos los centros escolares dan la misma respuesta: ‘Aquí no hay acoso’“, explica Javier Pérez Aznar, psicólogo y presidente de la Asociación ‘No al acoso escolar‘. “Suelen cargar contra la víctima, aduciendo que no es para tanto, que los chavales tienen que espabilarse, o que tal vez le convendría (a la víctima) acudir a un psicólogo”, lo que puede no ser una indicación errónea, pero nunca debe servir como excusa para que el centro escolar, muchas veces porque les es económicamente más perjudicial prescindir de varios acosadores que de una sola víctima, no asuma sus responsabilidades .

Blanca, después de soportar mucho, decidió contárselo a un profesor. Su respuesta le cayó como un jarro de agua fría: “Blanca, es que tú piensas que todo el mundo está pendiente de ti”. Con sus padres no le fue mucho mejor: “Algo habrás hecho tú, si no, ¿por qué va a estar todo el mundo en tu contra?”.

¿Cómo actuar?

  • Lo primero para resolver una situación de acoso, como en casi todos los problemas, es favorecer que pueda contarlo a sus padres, su tutor, otro docente y/o la dirección del centro.

  • El colegio puede tomar medidas especiales. Por ejemplo, recurrir a algunos compañeros o alumnos de cursos superiores para que protejan a la víctima. Así son los mismos alumnos los que neutralizan el acoso, y funciona en la mayoría de los casos.

  • Presentar denuncias por escrito en el centro educativo para que quede constancia.

  • Recurrir a la inspección educativa, que es el órgano superior que regula la actividad de los responsables de los centros.

  • Presentar una denuncia penal es la última opción, en caso de que hayan fracasado todas las anteriores.

¿Dónde acudir?

-Línea de ayuda contra el acoso escolar: http://www.acosoescolar.info/index.htm

Este artículo ha sido redactado por profesionales con más de 25 años de experiencia en el sector de psicología y psiquiatría. Tenemos gabinetes en Majadahonda y Madrid Centro. Si tienes más dudas o deseas consultarnos algo llámanos al 607 99 67 02 o escríbenos a info@persona-psi.com