Versión resumida de la publicación de NO GRACIAS, organización civil independiente por la transparencia, la integridad y la equidad en las políticas de salud, la asistencia sanitaria y la investigación biomédica.

Peter Gøtzsche, danés, doctor en medicina, Master of Science en Biología y Química, dedica un capítulo entero al TDAH en su recientemente publicado Medicamentos que matan.

¿Cuántos padres conocen estos datos?


“Tan pronto como se etiqueta a los niños de enfermos, todos se quitan responsabilidades de encima..
hemos decidido como sociedad que es demasiado complicado cambiar nuestros sistemas educativos así que hemos preferido cambiar el cerebro de los niños. Esto es muy cruel… el TDAH no es una explicación sino solo un nombre que le hemos dado a un conjunto de síntomas”

“Los medicamentos para el TDAH son estimulantes”, y la mayoría de ellos derivados de “las anfetaminas”.

“Los estimulantes (…) pueden producir dependencia y las personas” (jóvenes y adultas) “diagnosticadas de TDAH que son tratadas con medicamentos pueden acabar abusando” de ellos.

Pueden también tener efectos negativos sobre “el interés social, con apatía e indiferencia”. “Muchos niños -en algunos estudios- pueden acabar desarrollando depresión y comportamientos compulsivos.

Pueden elevar la tensión arterial y/o la frecuencia cardíaca, por lo que hay que hacer un seguimiento médico con vigilancia de la tensión y el ritmo cardíaco, sobre todo en presencia de antecedentes familiares.

Otros efectos secundarios posibles (que figuran el los prospectos de esos medicamentos como “muy frecuentes”, es decir: al menos 1 de cada 10 niños tratados): el insomnio o las cefaleas. Frecuentes (del 1 al 10% de los pacientes) son, entre otros: los tics (sobre todo con metilfenidato), trastornos afectivos, alucinaciones, reacciones psicóticas y maníacas”.

Por eso están contraindicados en caso de enfermedad cardíaca o sospecha de síntomas psicóticos, tanto en niños como en adultos, entre otras contra-indicaciones.

La Agencia Española del Medicamento recomienda realizar un examen cardiovascular y psiquiátrico previo al tratamiento con metilfenidato (Rubifén, Concerta, Medikinet, Equasym) o anfetaminas (Elvanse), además de un seguimiento durante el mismo, monitorizar el peso y altura de los pacientes en edad de crecimiento y, muy importante, evaluar la continuidad del tratamiento al menos una vez al año.

Con respecto a la atomoxetina (Strattera), ha puesto el foco en la seguridad cardiovascular.

En todos los casos se deben realizar controles de tensión arterial y frecuencia cardíaca, añadiendo electrocardiograma o consulta en Cardiología en aquellos pacientes con factores de riesgo cardiovascular (sobre todo historia familiar de muerte súbita e historia personal de arritmia congénita o cardiopatía congénita).

Por eso en Persona-Psi sólo recurrimos a la medicación cuando es absolutamente necesaria y sugerimos acompañarla siempre con una psicoterapia, para que el uso de medicación no se cronifique.

Este artículo ha sido redactado por profesionales con más de 25 años de experiencia en el sector de psicología y psiquiatría. Tenemos gabinetes en Majadahonda y Madrid Centro. Si tienes más dudas o deseas consultarnos algo llámanos al 607 99 67 02 o escríbenos a info@persona-psi.com