«Los intolerantes empiezan por aniquilar el pensamiento; después enlodan los adjetivos, secuestran el verbo, y, al final, van a por el sujeto»
BERTOLT BRECHT
La crisis ideológica (fin de la ilusión de que hay que hacer algo por los otros); la crisis económica (enorme costo del tratamiento ambulatorio); la crisis de representatividad de los analistas en la sociedad; ponen en peligro a la Reforma Psiquiátrica en su conjunto y empujan, no sólo a la respuesta biologicista, sino hacia la solución manicomial.
Ahora bien, ¿tenemos los analistas una respuesta alternativa a las psicosis?.
Estamos acostumbrados a una serie de fórmulas: No hay Inconsciente, No hay objeto, No hay elección de objeto, No hay Nombre-del-Padre, No hay simbolización. Todas frases negativas.
Freud ha aportado una comprensión de las psicosis, una serie de hipótesis causales, pero, con una honestidad que lo honra, concluyó: «No es posible el Psicoanálisis con pacientes psicóticos». (Otra fórmula negativa).
¿Qué hacer entonces cuando aceptamos en nuestra consulta, pública o privada, a un paciente al que hemos vedado de entrada el acceso a los frutos del análisis?
Lo cierto es que cada vez que me encuentro con un psicótico, animada con “mi deseo de analista”, deseo de apertura del Inconsciente, allí donde el Inconsciente ha sido rechazado; con una técnica y un encuadre que serán de continuo violentados; cada vez que se establece un encuentro (lo que no ocurre siempre) sucede algo allí que interroga a la teoría.
La psicosis plantea muchos interrogantes. Escogí uno de ellos para titular esta presentación: «¿Quién dirige la cura en las psicosis?».
Es una pregunta con trampa, ya que quien dirige la cura es siempre el mismo: el deseo del analista. No el analista, sino su deseo.
La pregunta que me formulo es: ¿qué deseo pone en juego la psicosis en el lugar del analista?, allí donde ya no nos vale la feliz fórmula: el deseo de apertura del inconsciente.
Cuando nos encontramos con un psicótico nos enfrentamos a la ausencia de unos presupuestos compartidos, ausencia que hace que para él nuestro discurso sea tan discutible y carente de todo poder de certeza como el suyo para nuestra escucha.
Dos discursos se encuentran, y cada uno se revela ante el otro como lugar en que todo enunciado puede ser replanteado radicalmente, en el que ninguna evidencia tiene certeza de ser evidente para el otro. La psicosis cuestiona el patrimonio común de certeza y la lógica causal en que se funda nuestra cultura.
El psicoanálisis es una praxis. Esto quiere decir que en el campo de la experiencia freudiana no hay lugar para un conocimiento teórico de un fenómeno psíquico, sin que este conocimiento posibilite (no digo que asegure) una acción sobre el fenómeno.
La paradoja reside en que, por un lado, contamos con un modelo teórico que nos permite “comprender” el discurso psicótico y, por otro, esa comprensión resulta en general (o en buena parte de los casos) ineficaz.
Las psicosis cuestionan lo que entendemos por psicoanálisis, por dispositivo analítico y por lugar del analista.
Voy a enunciar entonces la hipótesis que pretendo sostener en este trabajo: “no hay psicoanalisis del psicótico” pero el psicótico puede beneficiarse del psicoánalisis, usar a su analista para obtener algo que ( en determinadas circunstancias ) él ,y sólo él entre todos los especialistas en salud mental, está en condiciones de ofrecerle, precisamente por ser psicoanalista.
¿Que nos autoriza a hablar de una aventura (la del psicótico) que, a diferencia de la neurosis, no hemos vivido subjetivamente?. Esto hace obstáculo en la cura.
No podemos entender nada de la psicosis, porque nuestro esquema mental de neuróticos está organizado de acuerdo a nuestro fantasma neurótico, fantasma que se funda en la castración, que es lo que en el psicótico no hay.
Podemos vivir con nuestras “paranoias”, nuestra “esquizia”, aquello que llamamos nuestra “melancolía”, con todos esos horrores que nos apasionan y enferman, con nuestra “locura” en suma; sin la cual no seríamos quienes somos.
Dice Lacán: «Y al ser del hombre no sólo no se lo puede comprender sin la locura, sino que ni siquiera sería el ser del hombre, sino llevara en sí la locura cómo límite de su libertad” (”Acerca de la causalidad psiquica”)
Todos deliramos. Pero el delirio psicótico, lo sabemos, es otra cosa. El saber que despliega el psicótico es un saber que no está reprimido, que está ahí.
Sólo, quizás, el haber hecho la experiencia de su propio inconsciente, permita a un analista consentir a abandonar la seguridad de un dispositivo, de un lugar y un deseo de analistas; consentir a que ese dispositivo, ese lugar y ese deseo, sean orientados por la llamada misma del psicótico.
¿En qué consiste esta llamada?.
Una de las respuestas que se ha dado a porqué el psicoanálisis no es posible con sujetos psicóticos, es porque no hay transferencia en las psicosis.
No es una explicación baladí, ya que es la que da el mismo Freud en Introducción al Narcisismo (1914).
La transferencia es amor, y el amor es el signo de máximo desarrollo de la libido objetal, la libido del sujeto está fuera de él, está puesta en otro.
Freud hace una cita: «Allí donde el amor despierta, muere el yo déspota, sombrío» y la invierte: «Allí donde el amor muere (en la esuizofrenia) se afirma el yo déspota, sombrío».
No hay relación de objeto, dice Freud. Y no hay relación de objeto porque él, el psicótico, está en el lugar del objeto.
Hace unos pocos días, un paciente psicótico, al que llamaré Nicolás, me dio un ejemplo sencillo y acabado de esta muerte del objeto.
Se trata de un esquizofrénico que, desde hace un tiempo excesivamente largo, se ve arrastrado por una hiperactividad física que ningún medicamento ha podido refrenar, y una hiperactividad imaginaria, metonímica, que lo lleva de un significante a otro, de un objeto a otro, sin poder anudar su libido a ninguno.
De pronto emerge un objeto privilegiado: una mujer a la que ha conocido hace tiempo. Proyecta casarse con ella y hace planes para eso. Después de tanto tiempo a la deriva, que canalice su libido en un objeto resulta, cuanto menos, tranquilizador.
Pero me inquieta que haga planes irrealizables que puedan llevarlo a un nuevo fracaso, a un nuevo brote y a un nuevo ingreso. Le aporto entonces aquella significación que está eliminada en su discurso: la posibilidad de que esta mujer no comparta sus proyectos. ¡Ingenua de mí!… Me responde: “¿Y eso qué importa? ¡Hay tantas mujeres!”. Ése es el lugar del objeto para él: “¿qué importa? ¡hay tantos!”, y prosigue su loca carrera a ninguna parte.
No hay deseo, no hay objeto de deseo, porque no está la libido puesta en el campo del Otro. Esto trastoca toda
la relación con el Otro: en el campo del amor, en el campo del deseo, en el campo del análisis.
Entonces, ¿no hay transferencia en la psicosis?. Evidentemente la transferencia imaginaria, la catexis libidinal de una imagen proyectada sobre el analista, se da en las psicosis, lo que resiste el análisis es su exceso, no su ausencia.
El psicótico transfiere a la situación analítica lo que continúa repitiendo de su relación con el discurso del Otro: su relación delirante con el Otro .
José fue un niño inteligente, “normal”, lo único que llamaba la atención en el pequeño José, era un temor obsesivo a que otros utilizaran sus pertenencias: ropa, utensilios, etc.
Luego de la muerte del padre, José ingresa a una secta religiosa. La Secta lo absorbe por completo. Le encarga incluso el que sería su mayor trabajo profesional: la construcción de un templo.
Todo parece marchar sobre ruedas, al menos para José, y entonces, la ruptura.
José rompe con su novia. Antes o después rompe con la secta.
Regresa entonces al hogar materno, para ofrecerse como objeto del Otro.
El primer síntoma registrado por la familia es un intento incestuoso de besar en la boca a su madre.
Poco después no puede localizar unos calzoncillos. Este extravío lo desmorona . Permanece 18 horas de pie, inmóvil y en silencio.
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Cuando vuelve a hablar (esto se dice rápido: fueron necesarios meses de paciencia para que hablara, primero, y para que dijera algo, después). Cuando vuelve a decir “algo”, nos dice su delirio:
Hay un Consejo que todo lo sabe, es EL que toma las decisiones. José no sabe porqué hace las cosas que hace, son designios del Consejo.
Ya está: ahora delira. Y ahora, ¿qué hacemos?
Lo que recibe José de Consejo no son imágenes, son ideas, que él ni siquiera vehiculiza por medio de imágenes acústicas: no oye voces, sólo recibe sentidos, sentidos plenos, acabados, que no hacen cadena..
Eso no requiere ninguna explicación, es así y él lo sabe. Y si me lo dice a mí es para transmitirme un saber que para él es evidencia.
Por eso no parece posible el análisis, no hay ningún saber analítico (ni médico) posible. Él es quien sabe, y lo que sabe lo aplasta, lo borra como sujeto, sólo resta de él eso que sabe y que le viene del Otro.
José va a dar de baja a su coche. En Tráfico ponen un sello a los documentos que él ha llevado. El sello dice: “FUERA DE CIRCULACIÓN”, y ese significante viene al lugar de una respuesta respecto de su identidad. Es él quien está “fuera de circulación” y José se dirige al Hospital a solicitar su ingreso.
¿Qué hacer entonces? ¿Estimular lo imaginario? ¿Ayudarlo a encontrar un objeto imaginario de su elección al que anudar su libido?. Puede ser, pero no es siempre posible. Puede ocurrir como con Nicolás, que capte aquello que el neurótico no “ve”: que no vale la pena anudarse a un objeto, siempre “hay otros”.
Otras elaboraciones han apuntado en sentido contrario. Puesto que en las psicosis hay un déficit simbólico, habría que apuntalar lo simbólico, hacer del análisis o de la Institución una prótesis simbólica.
Él ya ha buscado (luego de la muerte de su padre, no lo olvidemos) una prótesis simbólica en la Secta. La Secta se ha presentado así en el lugar del padre, en un lugar no inscripto, y lo ha convocado a él a ese lugar al encargarle la construcción de un templo, contribuyendo aldesencadenamiento de la psicosis.
¿No nos ocurriría lo mismo si nos ofreciéramos como prótesis simbólica?.
Y, sin embargo, muchas veces la Institución funciona como prótesis que calma los trastornos imaginarios. Aplacamiento que puede durar toda la vida. Una vida muy pobre subjetivamente, pero muchos psicóticos se acomodan muy bien a la condición de objetos: objetos de la madre, objetos de la psiquiatría, objetos de la Institución, objetos, ¿por qué no?, del psicoanálisis .
A condición, claro, de que permanezca la prótesis institucional: Muchas veces, al abandonar, por cualquier razón, la Institución, se produce un nuevo desencadenamiento.
Recuerdo en particular un caso, de hace ya bastantes años. Se trata de una paciente, que atendía en consultas externas. Al anunciarle que yo iba a dejar mi trabajo en el Hospital (esto fue en la Argentina) la paciente me pide continuar su terapia en mi consulta, a lo que accedo.
En la entrevista siguiente, aún en el Hospital, comienza a interrogarme por cómo es mi consulta. En una serie de preguntas, hay una que destaca:
–“¿Hay otra gente en su consulta? ¿Hay sala de espera?”.
Cometí el error de interpretarlo en relación a su temor a quedar encerrada en una relación dual conmigo.
Al otro día, la paciente me llama y me dice muy angustiada:
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-”Dra., quiero acostarme con usted”.
Ésa es su respuesta a mi interpretación. Una precipitación, una confusión entre Sujeto y otro (con minúsculas) por eliminación del Otro (con mayúsculas). Una colisión imaginaria, por falta de mediación simbólica.
Lo que falla allí no es la transferencia, es el Inconsciente.
Creo que a este error me llevó mi deseo, que es, paradójicamente, el mismo deseo que me llevó a ser analista: deseo de saber sobre el deseo, deseo de apertura del Inconsciente
La pregunta esencial para todo sujeto es: ¿Quién soy yo?. Mi palabra no interrogó el Inconsciente de esta paciente, sino que fue respuesta que se articuló en el lugar de una pregunta imposible de formular.
Nuestro saber de analistas puede ser escuchado por el psicótico como certeza que se hace respuesta, con el riesgo de que el análisis mismo se vuelva lugar de repetición de su relación delirante con el Otro.
Piera Aulagnier cita un caso muy interesante de un sujeto psicótico. El núcleo del delirio es muy similar al de Schreber: Dios quiere femineizarlo.
A poco de comenzar su análisis, rechaza su delirio. El discurso analítico le ha enseñado que no era Dios quien quería hacerlo mujer. Eso ha sido un error. Ahora sabe que no es Dios sino su madre quien sostiene ese deseo.
El delirio cambia de lenguaje, pero se mantiene igual a sí mismo.
Nicolás me hace regalos, me trae objetos, significativos para él, y roba objetos, indiferentes para mí, de mi consulta. Busca en los objetos una concreción del amor, articula el amor con el goce del Otro, representado por su analista. Busco una instancia tercera, que se interponga en la colisión imaginaria. Lo derivo a otro psiquiatra para que lo medique.
Hacerse objeto de la transferencia psicótica tiene sus riesgos, no podemos recurrir a la interpretacíon para cortar la transferencia, lo único que podemos hacer es soportarla… Pero esto nos puede
conducir a un impasse
Nicolás saldrá del impasse, interponiendo allí, entre él y su analista, una mediación imaginaria: una mujer que lleva mi nombre.
Él mismo se construye un camino que conduce (son sus palabras):
“De la madre a la mujer, de la mujer a las mujeres”.
Ahora el “hay tantas mujeres en el mundo” puede adquirir un nuevo sentido: no el de la caída, el de la desvalorización del objeto; sino “hay otras mujeres” que no son ni mi madre, ni mi analista, construyendo así un esbozo de objeto o, al menos, un lugar para albergarlo.
Otro riesgo en el trabajo con psicóticos, es la erotomanía, sólo aparentemente opuesta al “delirio de amor”. Ambos responden a la pregunta por el goce del Otro. Uno no puede preguntarse: “¿Quién soy yo?” sin preguntarse “¿Qué es el Otro para mí?” (pregunta a la que responde el amor delirante) y “¿Quién soy yo para el otro?” (pregunta a la que responde la erotomanía). Expondré un momento erotómano en un análisis:
José construye un delirio en el que estoy celosa de la enfermera, celos de los que él es el motivo. Me acusa de “celotípica” (acusación que la madre ya le había formulado al padre). Se pregunta qué quiero yo de él, de quien nadie parece esperar nada, acomodado como está en su lugar de “loco simpático”. La única respuesta que encuentra es el amor.
Pero no respondo a su llamada de amor, ni la rechazo; no acudo al encuentro que su acusación de “celosa” me propone. Le pido que dé cuenta de ello, que añada significaciones. Se hace cargo entonces del lugar del que proviene esta llamada, de que es él quien espera algo de mí. La placa gira de “me ama” a “la amo”. Entonces me pide un beso. Demanda de amor a la que respondo señalándole que éste es mi trabajo.
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La ecuación es sencilla: si es mi trabajo, lo que quiero es dinero. En la próxima sesión reitera su pedido al mismo tiempo que extiende un billete sobre la mesa. Le señalo que es la Comunidad de Madrid la que paga por mi trabajo.
José se ofrece al Otro como objeto, en un lugar que espera sea más tolerable para sí mismo, en la medida en que un analista suele ser una encarnación más benigna del Otro que una madre cocodrilo que todo lo devora.
Es sólo al no poder localizar en su analista un deseo que lo aloje como objeto, que un trabajo se hace posible.
El deseo del analista indica un lugar en el que espera que emerja un sujeto, lugar que el sujeto psicótico nunca encontró en el campo del Otro.
Si no podemos esperar que se abra una puerta de una casa que no existe, quizás podamos dejarnos usar, soportar la transferencia, dejarnos trabajar por ella, estar ahí, para que ahí el psicótico encuentre un lugar desde el cual reconstruirse. No huir de la transferencia imaginaria con que el psicótico nos invade, no huir ni dejarnos fijar en ella.
Esos movimientos transferenciales del psicótico en relación a su analista, que lo inclinan ora del lado de la erotomanía, ora del lado del delirio de amor, no son más que intentos de ser objetos de amor del Otro (lo que debe ser bastante mejor que ser objetos de la voluntad destructora, “insensata” del Otro).
Pero esta misma voluntad de ser objeto de nuestro amor, objeto de nuestro deseo, nos señala que esta allí la transferencia. Transferencia que, si somos capaces de soportar, quizás permita anudar algo de su “extravío”, de aquello que no tiene palabras para decirse porque no tiene inscripción en el Inconsciente.
Lo que vale para el amor, vale para el odio. A veces el sólo soportar la transferencia homicida de un paciente paranoico le permite detener ahí algo de su locura (eso sí, es preferible que sea con un guardia forzudo en la puerta. Otra ventaja del CSM respecto al consultorio).
Como el psicótico no puede demandarnos un saber sobre un objeto que no ha constituido en cuanto objeto de deseo, en su llamada se nos ofrece como el objeto que nos falta a nosotros, a quienes, en tanto neuróticos, sí nos falta el objeto.
Entonces, ¿cómo responder?.
En principio sabemos que, en cuanto analistas, nunca debemos responder desde el lugar en el que somos interpelados.
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José ha subdividido los seres humanos en cuatro clases que no debemos confundir con clases económico-sociales:
1) LOS PIJOS: Personajes que José no cualifica, pero por los que no parece sentir ninguna simpatía.
2) LOS YUPPIES: Adictos al trabajo, que se han dejado seducir por la “engañifa” del prestigio social.
3) LOS PARIAS: Seres despreciados por los otros (pijos y yuppies), desechos de los otros.
4) LOS MACARRAS: (Grupo en que se inscribe el propio José) . Son aquellos que hacen circular la energía que en los otros está estancada, ayudando de esta manera a todos, en particular a los PARIAS.
Él se inscribe como macarra, para no ser paria, objeto de desecho del Otro. A mí, en principio, me ubica como Yuppie. Poco después, ya no soy yuppie, sino una paria, luego seré una macarra, como él: “Los dos somos iguales”. Pero no, parece que no siempre respondo como macarra.
“Tía, tú sí que eres extraña. A veces eres Yuppie, otras macarra. NO TE PUEDO UBICAR. USAS MUCHOS VELOS”.
Y va a intentar ubicarme en otro eje, no sincrónico sino diacrónico: el eje de las reencarnaciones.
Intento no confirmar ni desconfirmar el delirio, no adherirme a las significaciones que me ofrece, ni oponerme a ellas. Ofrecer mi lugar como un espacio vacío: vacío de saber, vacío de poder, vacío de cualquier deseo en relación a él.
Intento empujarlo a decirse como sujeto, a dar explicaciones de lo que le pasa. Lo invito a que me diga algo de un saber que él tiene. Y, si no lo tiene, que se lo invente.
Esto no me excluye de ciertas responsabilidades. No puedo evitar tomar decisiones en ciertos momentos. Actuar como psiquiatra a veces es la responsabilidad que he aceptado, al aceptar en análisis a un psicótico. Si un sujeto no tiene recursos para protegerse de los fenómenos que lo invaden, me siento en la obligación de proveerlo de otros recursos, otras mediaciones: la de la medicación, la del ingreso, la de la intervención con la familia o el entorno.
No siempre es posible conjugar ambos discursos. A veces, el indicar un ingreso o una medicación, nos ubica en el lugar del Amo. En esos casos creo que se necesitan dos, uno que haga las veces de psiquiatra, otro de analista que conserve su lugar vacío de deseo.
Deseo del analista que habita un lugar vacío. Eso lo sabemos… Pero, ¿qué deseo? ¿Qué deseo nos lleva a hacer de “secretarios”, de “testigos”, de “semejantes” o, por qué no, de “basureros”?.
Deseo de que el psicótico, por medio de su trabajo, se invente un lugar, se invente un saber, que le permitan hacer lazo social. Que con su delirio haga algo, que invente algo. Que viva
con su delirio, como nosotros intentamos vivir con nuestro Inconsciente, y no para su delirio, como el neurótico vive para su Inconsciente. Que no sea un autómata del Significante, que viva dentro de un lazo social que no agota la vida, pero que es imprescindible para que ésta sea posible.
Para esto es necesario que el psicótico consienta a la experiencia que le proponemos.
Para concluir quería referirme a ciertos términos que he utilizado un poco “alegremente” en esta exposición:
Si el psicótico no es Sujeto, ni puede serlo, porque no es sujeto de deseo, no está barrado; deberemos inventar otra escritura para designar su subjetividad y no reducirlo al lugar de objeto. Como dice Lacán en el Sem. III “en tanto habla al otro… existe como sujeto”. (¡Y cómo hablan al otro! ¡Con qué ironía!).
Si no hay Inconsciente en la psicosis, al menos si lo pensamos como el Inconsciente neurótico; sí algo hay ahí, algo que Freud llamó “Inconsciente a cielo abierto”, algo que permite al psicótico soñar. Si a eso, según nuestro modelo, no podemos llamarlo Inconsciente, tendremos que inventarle un Significante a ese “Inconsciente”.
Si no hay Fantasma en la psicosis, (al menos si aceptamos que el fantasma es respuesta subjetiva al deseo del Otro), sí hay algo allí que se parece a un fantasma: una serie de fantasías con las que el psicótico intenta arreglárselas con “lo que hay”. Y , en algunos casos, podremos ayudarlo, como agentes simbólicos, a que realice una construcción fantasmática que le permita cierto lazo social.
Si no hay transferencia simbólica en la psicosis, sí hay algo que permite nuestro trabajo y a lo que, de algún modo, tendremos que nombrar.
Respecto de los pacientes que han contribuido a esta presentación, no diré que están estabilizados, pero sí que José ha abandonado su rigidez corporal, estudia inglés y va retomando poco a poco cierto lazo social.
Mientras me cuenta su delirio, se lo inventa para contármelo:
–“Tía” -me dice- “¿Tengo que explicártelo todo?”.
Sí, y mientras me lo explica, sistematiza un delirio y, en él, se inventa un mundo que él pueda habitar. Se construye así una historia de re-encarnaciones y, a la vez, re-crea una historia infantil.
Es mi ignorancia, porque yo sí estoy tachada, barrada, lo que me permite ubicar, en el lugar del analista, una demanda de trabajo que incita a ese psicótico a la producción.
En cuanto a Nicolás, continúa intentando construirse un objeto mujer para su uso.
Por mi parte, lo único que he hecho ha sido incitarlos a trabajar. Suyos serán los frutos de ese trabajo. ¿Qué pasará más adelante?. No lo sé.
Marina Averbach y Luis Teszkiewicz
PRESENTADO EN LES ÉTATS GENERAUX DE LA PSICANALYS? – UNIVERSIDAD DE LA SORBONA – PARÍS – 2.000
PULICADO EN “ACHERONTA Nº 8?, REVISTA DE PSICOANÁLISIS. http://www.acheronta.org/
tengo diagnosticado un trastorno mixto de la personalidad y ya me han dado 8 brotes psicoticos. Todo empezó con un suceso muy dramático que me preocupó mucho. Llevo 5 años tomando antipsicótico aunque lo he dejado con las consecuentes recaídas. Ahora mismo estoy estable con 10 mg de clopixol al día. La medicación me tiene amargada y mi calidad de vida no es comparable a estar sin medicación y sano por los efectos secundarios. No me viene la regla desde hace 5 años, sólo me viene cuando la dejo, he aumentado de peso porque tengo un apetito descontrolado y en cambio deseo sexual: 0. Estoy algo atontada, tengo que forzarme a pensar, sino muchas veces estoy en blanco, estoy muy sensible pero también siento indiferencia al fin y al cabo por cosas que deberían alegrarme o entristecerme. Y me muero de sueño a todas horas menos denoche que me cuesta conciliar el sueño. lo que más me preocupa es no poder tener hijos con esta medicación. Conozco un chico de mi pueblo que dejó la medicación y no le volvió a dar un brote. Yo también tengo algunos problemas familiares que me deprimen y me preocupan y eso no es bueno para mi equilibrio mental. Los primeros días en que no tomo medicación me siento de maravilla sin acidez de estómago y pensando naturalmente sin atontamiento ni falta de concentración pero a medida que pasan los días me cuesta dormirme y termino por dormir unas 3 horas diarias. los problemas con algunas personas de mi familia con quienes convivo empeoran la situación y luego el pesimismo de que me va a dar un brote… y sucede. Hasta ahora siempre he dejado la medicación de golpe pero ahora voy a quitarla poco a poco reduciendo 2 mg cada dos semanas y cuidando mucho la alimentación y el sueño y sobre todo evitando que me afecten esos problemas familiares. Menos mal que tengo una amiga que tiene lo mismo que yo y un panorama similar. Aunque a ella la insultan, la tratan con desprecio y no le dejan salir de casa casi nunca. Mi caso es distinto pero tampoco es un camino de rosas mi vida aunque no quiero contar aquí cosas personales.
Lorraine: le sugerimos con sus antecedentes no dejar la medicación sin controlarlo con un médico psiquiatra. Pueden buscarse otras alternativas con menos efectos secundarios en usted, porque cada persona es diferente y su organismo y su psicología responden de modos diferentes a la medicación, pero habría que evitar otro brote. ¿No le parece?
Hola quisiera hacerles una consulta sobre un familiar , no hay algun mail al cual pueda escribirles? porfavor estoy preocupada. gracias. lei el texo y me parece humana y profesionalmente maravilloso.
Carolina, puede escribirnos a info@persona-psi.com
Hola! Quisera comunicarme con ustedes para hacerles algunas consultas sobre mi hermana, quien ha sido diagnosticada con un episodio de sicosis aguda.
José, va respuesta por correo privado
Natalia: Su primer psicóloga, según lo que usted cuenta, cometió un error teórico y técnico de magnitud: atribuirle a su infancia hechos reales que probablemente residieran sólo en su propia imaginación. Hay toda una corriente de la psiquiatría y psicología americana que parte de un axioma: muchos de los diagnósticos actuales y especialmente uno no reconocido por los manuales, el trastorno por estrés crónico, estarían causados por abusos sexuales y maltratos padecidos pasivamente en la infancia y que habrían sucumbido al olvido infantil. Esta hipótesis es sumamente discutible porque, como descubrió tempranamente Freud, la frecuencia del estrés crónico nos llevaría a suponer una frecuencia de malos tratos y abusos tan altas que abarcarían a la mayoría de las familias, lo que no se corresponde con la realidad.
Pero más grave aún que ser errónea son las consecuencias clínicas que se extraerían de ella. Sería necesario hacer consciente al paciente de los abusos padecidos y hacerle recuperar los supuestos acontecimientos olvidados. El problema es que esto se practica sobre un terreno doblemente abonado: por un lado por la transferencia, la confianza en el saber del terapeuta que puede otorgar privilegio de verdad a todos sus dichos, y por el otro porque todo sujeto ha padecido traumas infantiles, los recuerde o no, que podrían denominarse, en un sentido amplio, como malos tratos o abusos, y que se prestan fácilmente a ser interpretados como recuerdos encubridores de malos tratos o abusos en un sentido estricto.
Hace décadas hubo en Estados Unidos una epidemia de denuncias legales contra los padres por malos tratos o abusos padecidos en la infancia por parte de pacientes que estaban en terapia. Años después se produjo una reivindicación de muchos de esos padres injustamente acusados, y un amplio descrédito de ciertas psicoterapias por inventar abusos inducidos por el terapeuta.
Usted dio crédito en su brote psicótico a esas interpretaciones de su psicóloga, que pueden haber contribuido a este desencadenamiento. Hoy puede discernir a cuáles de aquellas certezas que tuvo les da crédito y a cuáles no, lo que demuestra la relatividad de la verdad y la falibilidad de las certezas.
Parece, en cambio, más apropiada la sugerencia de separarse de su madre, pero ¿cómo se pone en práctica?
Si no quiere estar con sus padres, lo mejor que puede hacer es intentar lograr la independencia económica que le permita no vivir con ellos y verlos sólo de visita, cuando su deseo y los de ellos coincidan.
La palabra “loca” usada familiarmente es un insulto, no un diagnóstico.
Una persona puede, después de un brote, no presentar síntomas psicóticos y, sin embargo, sufrir más adelante una recaída. Pero también puede tener un solo brote en toda su vida. Un brote psicótico no basta para diagnosticar ua psicosis.
No saber que es verdadero y qué falso en lo que piensa de sus padres, o de cualquier otra persona, objeto o circunstancia, es más un síntoma de salud que de enfermedad. Para que ese supuesto saber se encuentre con la verdad, si la duda produce pdecimiento subjetivo, es necesario un tratamiento. Un diagnóstico certero también requiere un trabajo cara a cara. En todo caso, el psicoanalista o psicoterapeuta tiene el compromiso de decirle la verdad a su paciente si éste es adulto
No nos parecen suficientes en su caso controles psiquiátricos espaciados. Usted necesita una psicoterapia. Lamentablemente en muchos centros de salud mental, ante el desmesurado aumento de la demanda y la reducción de personal por razones presupuestarias y economicistas, han optado por limitar la atención: o psiquiatría o psicoterapia, pero no las dos para una misma persona. Como consecuencia, cuando un paciente necesita medicación psicofarmacológica no se le permite acceder a la psicoterapia. La única alterativa que resta es la psicoterapia privada, con sus indudables beneficios, pero también con las consecuencias económicas que acarrea. En todo caso, usted y su familia deben plantearse si pueden o no costearse una psicoterapia privada, pero no considerándola un gasto, sino una inversión en salud y, muchas veces, en desarrollo de capacidades socio-laborales.
Sara: no es cierto que un brote psicótico derive necesariamente en una esquizofrenia. Hay muchos casos en los que no es así.
Pareciera estar bien medicada, pero para no vivir siempre amenazada por un desencadenamiento de una psicosis debería consultar a un psicoanalista o psicoterapeuta.
Buenas, he leido los comentarios y sigo teniendo las mismas dudas sobre psiquiatria que la primera vez que lei sobre ello en otros sitios.
Tengo 20 años y el invierno pasao tuve un cuadro psicótico. Durante él no reconocía estar mal del todo. Las alucinacione visuales que tuve, sí que reconoci que eran falsas, pero la “historia” que me monte sobre mi familia no reconoci que fuera falsa, aun hoy creo que no es que sea falsa, sino que es otra forma de interpretar las cosas. las historias que me monte sobre mis profesores si que reconoci que eran falsas. Mas que historias eran percepciones, sensaciones desagradables, de que querian quitarnos a los alumnos nuestra libertad para pensar. Estudio politologia.
Cuando tenia 16 años una psicologa de La concejalia de Educacion del ayunmtamiento, que me trato durante dos años, me dijo que tenia una personalidad limite. En la ultima sesion me dijo que yo abia recibido abusos psicologicos por parte de mi familia, sobre todo de mi madre. Durante varias sesiones me habia dejado caer que les denunciara. a mi eso me parecia absurdo.
Cuando tuve el brote psicotico pense y amenace en denunciar a mis padres. todo cambio desde entonces, porque entre otras cosas, me medicaron con Zyprexa, 10mg creo. en enero del año pasado empece una terapia con una psiquiatra ke me receto antidepresivos, esertia 10 mg. Llevo con ellos desde entonces. Lo primero que me dijo fue que tuviera menor dependencia de mi madre. Lo ultimo que me dijo es que pensara en que cosas eran responsabilidad mia de la relacion con mi madre.
He estado en casa de mi ermana un tiempo, por no querer estar con mis padres, pero ella insiste en que me lleve bien con ellos. y he vuelto. Trato de no interaccionar mucho con ellos. Tengo miedo a que me hagan daño. No creo que quieran lo peor para mi. simplemente no quiero estar a su lado, porque me han hecho sufrir. mi madre em dice que estoy loca, la ultima vez que me quise ir decia que no lo entendia…..lloro, pero tambien me dijo que estaba loca otra vez.
Fui a la guardia civil tambien para saber las consecuencias de una denuncia. Me recomendaron los asuntos sociales.
La psiquiatra tan solo me hace lo que yo considero “controles”, cada mes y medio o dos. Y creo que es insuficiente porque no estamos realizando una “terapia” propiamente dicha. Le pedi en la ultima visita que me pasara con un psicologo, y dijo que de momento debia estar con ella. yo me identifico con las caracteristicas d elas personas borderline, pero… cuando se lo prgunte a la psiquiatra dijo que yo no tenia un “trastorno” de la personaliad, sino rasgos de esa enfermedad. Tambien me dijo que el brote abia sido por toxicos y que yo no tenia ninguna enfermedad psicotica.
Mis padres creen que es mentira, y me hacen desoncfiar de mi misma.
yo tambien desconfio, porque la psiquiatra debe intentar ganarse mi confianza, pero yo necesito que me diga la verdad.
LLevo un año temiendo que me venga un nuevo brote, y no poder evitarlo o preverlo. No he vuelto a fumar porros, que es lo que me activaba. pero sigo teninedo la misma pregunta… entre brote y brote se supone que uno no esta mal? Se puede saber esto en la medida en que uno reconoce que estuvo mal que esta mas alejado del brote? el p¡brote es algo progresivo que nunca se cierra? el no superar del todo un brote( por ejemplo se guir sin saber que es o no falso de lo que pienso de mis padres) hace que puedas caer en otro? Puede que no vuelva a tener uno? o lo mas probable es que si? Tengo miedo, pero sobre todo de mi misma, no de otros, por eso no se hasta que punto esto es psicosis… y el autodiagnostico tampoco creo que valga.
Hace 10 años mi pareja se suicido dejando cartas con mensajes profeticos. Me angustiò tanto la situaciòn que a los 20 dìas me diag. Brote psicòtico. Fui medicada por un tiempo. En abril de 2010 a causa de mucho estrès me agarrò otro y desde entonces me internaron 1 mes. y ahora me medican con risperidona de 3 miligramos. Valproato de magnesio, logical de 400 mil. y clonazepan de 2. El doctor psiquiatra dice que la medicaciòn es de por vida, ya que un brote psicòtico deriva en una esquizofrenia esta situaciòn me angustia mucho. No quiero tomar tanta medicaciòn. E ngordè màs de 10 kg. Espero su respuesta. Gracias!!!
Mishell: Nosotros no podemos realizar un diagnóstico certero sin entrevistarla personalmente pero, por lo que usted describe, parece más un síntoma obsesivo que el preludio de una psicosis.
Eso no quiere decir que no requiera tratamiento.
El hecho de que no consuma drogas es bueno para su salud física y mental, pero no es garantía de salud mental.
La falta de antecedentes familiares es un signo de buen pronóstico de valor estadístico, nada más.
Puede que no haya padecido grandes traumas en su infancia (abuso o maltrato) pero todos sufrimos traumas, y no sólo de niños. Un trauma psíquico tanto es un acontecimiento que amenaza el bienestar de un individuo y, a la vez, las consecuencias de ese acontecimiento en el aparato psíquico o estructura mental de esa persona, con consecuencias, conscientes o inconscientes, en su vida emocional, y de esas experiencias no se libra nada. La diferencia reside en cómo se hayan procesado en su momento (o en un tratamiento) y los efectos que tengan o no en el presente. Toda infancia llamada “normal” está plagada de acontecimientos traumáticos desde el mismo nacimiento.
La prueba de que usted tiene un problema psíquico es precisamente el síntoma por el que consulta: la idea obsesiva de que podría estar loca. Eso no quiere decir que lo esté, pero sí que tiene un síntoma psíquico que le produce sufrimiento.
Debería tratarlo para resolverlo, reducir sus sufrimientos a los que producen las circunstancias inevitables a lo largo de la vida, y mejorar su bienestar y satisfacción.
hola!me diagnosticaron una idea obsesiva(miedo terrible a volverme esquizofrenia o que me de un brote psicotico)y me gustaria saber si es posible termimar asi,teniendo en cuenta que no he consumido drogras(solo probe los porros cuando tenia 15 años(ahora tengo 25),en mi familia no hay enfermos mentales de pequeña no sufri traumas…tuve una infancia normal.tengo estudios y un buen trabajo pero no me puedo quitar de la cabeza que puedo estar loca,incluso hay veces que jo misma me creo que lo estoy.realmente me puedo volvrer asi??
muchas gracias
María Helena: las psicosis en edades tan tempranas son siempre serias y angustian mucho a la familia. Pero con un tratamiento adecuado pueden estabilizarse y llegar a llevar una vida con alegrías y sinsabores, como todo el mundo.
Ahora bien, ¿qué es un tratamiento adecuado?:
– Encontrar la medicación adecuada a esa persona en particular, porque no todos los organismos ni todas las personas responden igual a los mismos medicamentos. Eso requiere de un médico psiquiatra con experiencia en psicosis
– No limitar el tratamiento a la medicación. Un tratamiento por la palabra con un psicoanalista o psicoterapeuta experto no sólo mejora la eficacia de los medicamentos (algo demostrado por múltiples estudios “doble ciego” comparativos con personas que sólo reciben medicación) sino que puede ser decisivo en la estabilización de la persona.
Por último: una sugerencia para la familia, no intenten forzarlo a hablar de lo que a él no le interesa y aprendan a escuchar con paciencia aquello de lo que él quiere hablar.
Mi sobrino de 13 años fue diagnosticado a los 12, con un transtorno obsesivo, (despues de estar unos meses hablando de muertes y agresiones físicas y sexuales) despues de otros meses dejó de hablar de eso y su mundo pasó a ser un programa televisivo, se llevó a otro psiquiatra el cual diagnosticó una psicosis. Hoy, el es un niño que todo lo relaciona a un programa televisivo juvenil, nada hay fuera de ese programa, nada le interesa, (va a duras penas al colegio, , pude estar horas frente al televisor y hablando de ese programa,todos sus compañeros, lo encuentran “raro” y cuando la familia quiere sacarlo de su “obsesión” estalla en crisis de mucha violencia, donde se golpea contra las murallas. Está siendo tratado con medicamentos antipsicóticos, pero su más cercanos, madre y hermanos, encuentran que no le causan ni una mejoría. Mi consulta es, en este caso, que no hay esquizofrenia ni fármacos para ésta psicosis, es posible que se recupere completamente? Personalmente creo que hubo en el ambiente alguna situación que desencadenó todo ésto (hace años atrás el denunció un abuso, pero lo que contó era muy similar a una serie de televisión ), al final, su relato para sus más cercanos no fue creible) cuando se le dijo al epecialista, él no lo consideró un dato relevante. Mi última consulta será posible que ese evento que él relató le haya causado la psicosis? Y si la respuesta fuera afirmativa, sería posible entonces que desde ahí hubiera que tratarlo?. Gracias por vuestra respuesta, la que sea viniendo de vosotros, será de ayuda.
Vanepati: Un trastorno delirante se diagnostica cuando el/los episodios psicóticos duran más de 1 mes, pero menos de 6.
Pueden tener buen o mal pronóstico.
Son signos de buen pronóstico:
1. que el inicio de los síntomas psicóticos se produzca dentro de las primeras 4 semanas del primer cambio importante en el comportamiento o en la actividad habitual
2. confusión o perplejidad a lo largo del episodio psicótico
3. buena actividad social y laboral previa
4. ausencia de aplanamiento o embotamiento afectivos
Pero si a usted le dijeron que el tratamiento durará un año o un año y medio, por qué no les cree.
Lo que sí seria conveniente es que, paralelamente al tratamiento médico, realizara un psicoanálisis o psicoterapia durante ese tiempo para prevenir posibles recaídas en el futuro.
Yo he sufrido dos brotes psicoticos me diagnosticaron estado delirante. Fueron muy seguidos (5 meses entre ellos), en el primero me medicaron con risperdal durante 1 mes y medio y en el segundo lo mismo aunque me van a cambiar a abilify porque permite estar más despierta y activa. En mi caso lo originó el gran estrés y viajes a los que acostumbraba por motivos profesionales. Yo me encuentro muy bien, me parece imposible lo que ha sucedido. Todo lo que me ha ocurrido me parece ridículo. El tartamiento que me dicen es de un año o año y medio. ¿La gente lo supera en este tiempo? Como he dicho yo me encuentro muy bien me inyectan 25mg de risperdal cada 15 días.
Enil: Los síntomas de desgana que manifiesta pueden ser indicadores de depresión. Le sugerimos que los comunique a su psiquiatra y que, sin interrumpir la medicación (lo que sólo la empeoraría) inicie también una psicoterapia.
Hola, me diagnosticaron bipolaridad este año . De niña sufrí siempre de depresión. Era callada y no le decía a nadie y lograba salir de ellas y muchos me recuerdan como muy alegre. Ahora a la edad de 44 años me fuy de la realidad y tuve alucinaciones, recuerdo todo. Me tratan con litio cada 12 horas y sertralina 50 milg 1 en el desayuno. Me siento mejor en cuanto a sufrimiento, mas tranquila. Sin embargo estoy fallando en la funcionalidad es decir en el hacer, si camino una vez ya no lo hago mas,todo es obligado, ella me vence mas que yo ha ella. Salgo mu poco ajuro. Yo no era así. Que recomendaciones podria darme. Gracias por su atención.
Elisa: respecto a su marido, el alcoholismo, como todas las adicciones, es muy difícil de tratar porque la persona adicta encuentra cierta satisfacción en el consumo. Con una ventaja y una dificultad en el caso del alcohol: otras drogas son ilegales y requieren conectarse con traficantes ilegales, el alcohol es siempre accesible.
Si la persona alcohólica encuentra que su adicción le produce excesivos inconvenientes y tiene el deseo o la necesidad de dejarlo, puede llegar a hacerlo, aun con dificultades y ocasionales recaídas. En este sentido los grupos de autoayuda son muchas veces eficaces, particularmente Alcohólicos Anónimos.
Muchas personas se resisten a acudir porque no aceptan reconocer ante un público su alcoholismo o porque no toleran la presión para dejar el alcohol (casi siempre creen que van a poder llegar a controlarlo sin abandonar totalmente su consumo, y es falso.
Un psicoterapeuta ofrece mayor privacidad y puede no demandar, de entrada, que abandone el alcohol, pero sólo será eficaz si la persona es capaz de renunciar al goce que le procura el alcohol y encontrar satisfacciones sustitutivas.
Sin la disponibilidad de la persona alcohólica a ninguna de estas alternativas, sinceramente, es poco lo que puede hacerse.
Elisa: empecemos por su hijo.
Aropax es uno de los nombres comerciales de la Paroxetina y es un antidepresivo. No podemos decir nada de la dosis porque se valora en mgs., no en cantidad de tomas.
Neuryl es Clonazepan, un anticonvulsivante que suponemos que le ha sido indicado por sus propiedades estabilizantes sobre el estado de ánimo. La dosis es la habitual.
Lapenax es Clozapina, un antipsicótico que suele indicarse cuando otros han fallado o producido efectos secundarios indeseable.
Su hijo debe seguir tomando la medicación y, si no hubiera una mejora suficiente, hablar con el psiquiatra para que modifique las dosis o estudie otras alternativas.
Pero no todo es cuestión de remedios, también son importantes las palabras. Sería conveniente que su hijo tuviera un espacio para hablar con un profesional: psicoanalista con experiencia en psicosis o psicoterapeuta psicodinámico.
Respecto a la familia, lo mejor es escuchar lo que él tenga que decirles sin provocarlo a ello ni juzgar la verdad de sus percepciones.
Tambien tengo a mi marido que es alcoholico cronico no puede dejer de tomar, bebe 2 l por dia vino en caja, tiene 54 años, ya estuvo internado en varias oportunidades grave, hoy esta muy desmejorado y con muy bajo peso, come poco, y hasta llego a tener delirium tremen en 2 oportunidades, con mis hijos ya no sabemos que hacer para que el deje de tomar. quisiera me asesoren gracias
Yo tengo un hijo de casi 22 años, el comenzo con problemas de sueño, falta de atenciòn siendo un jioven muy estudioso termino la secundaria con excelentes notas, comenzo la universidad y alli se estancò, vino diciendo que lo observaban, que lo juzgaban, etc, hoy esta tratado y lelva casi 4 años con medicacion muy fuerte, por suerte no es agresivo, pero si ansioso, quiere retornar el estudio, esta mejor pero tiene delirios con la vecina que reza para que el no este bien, etc. quisiera saber como tratarlo y si esta bien medicado toma Aropax 3 dosis, neuryl 3 mg. por dia y lapenx 3 x dia. gracias
Liliana: ¿qué es exactamente lo que quiere saber?
interesada en paranoia y brote psicotico
Dios: lamentamos mucho que haya tenido malas experiencias en su o sus pscoanálisis. Ya se sae, como cualquier otra disciplina depende más de la habilidad y capacidadde sus practivantes de la certeza o falsedad de su hipótesis.
Usar “a sus pacientes como animales de laboratorio para envanecerse con sus teorías e hipótesis” es una grave falta ética, y una perversidad, cualquiera sea la teoría en la que el practicante pretenda ampararse.
El picoanálisis, como otras psicoterapias, no es una ciencia ni pretende serlo, su validez se desprende de su utilidad que, obviamente, no reside en la utilidad económica que pueda tener para su practicante (después de todo, de algo tiene que vivir) sino en su capacidad de ayudar a las personas, sn la cual no se explicaría que tuviera más de un siglo de existencia en tanto otros metodos terapéuticos suelen disolverse en una década o pocas más,
El psicoanálisis no reside en el diván, ni en no ver al paciente cara a cara, ni en su duración… todos atributos que no garantizan por sí que se este practicando un auténtico psicoanálisis así como su ausencia no es signo de lo contrario.
Respetamos a muchos métodos terapéuticos, pero lo que singulariza al psicoanálisis, al menos como nosotros lo entendemos (y no creemos que haya otra forma de hacerlo sin traicionar a Feud) es la renuncia, de entrada, a toda manipulación y todo lavado de cerebro, para lo que el analista debería renunciar, también de entrada, a dar sabios consejos y, lo que es más importante, a creerse superior a su paciente.
Reconozcámole al menos eso, frente a otras psicoterapias (cognitivas, conductuales) que pueden ser igualmente eficaces, pero lo son precisamente en función de su manipulación (el conductismo y sus técnicas de eneñanza-aprendizaje, es deci, de manipulación) y del lavado de cerebro (el cognitivismo, que no disimula su propuesta de remplazar en la mente del paciente sus propias cogniciones, que se suponen érroneas, por cogniciones certeras y correctas, sin duda, las del teapeuta.
Si el terapeuta (de cualquier escuela) acepta ocupar el lugar de “Dios”, todo saber, no sólo sobre sí mismo sino sobre lo que su paciente debe hacer y pensar, no asistimos a una psicotrapia, de cualquier tipo, sino a una relación amo-esclavo que no puede ampararse en ningún saber, aunque ocasional y temporalmente pueda producir beneficios terapéuticos en alguien bien dispuesto a ser esclavo del dscuro de otro y que encuentre en el de su terapeut un discurso más benévolo que el que encuentra en su realidad extra-terapéutica.
UN analista que hace lo que usted le atribuye al suyo es alguien que n se ha analizado, o que no lo ha heco suficientemente. Si una virtud tiene la formación de psicoanalistas es someter a quien aspira a hacerlo a un largo proceso de análisis en el lugar d paciente, precisamente para despenderse, desde su propia formación, de toda ilusion que pudiera albergar sobre sí mismo y de todo infundado sentimiento de superioridad (todo sentimiento de superioridad es infundado y sólo puede fundarse en el auto-desconocimiento, que es lo que a todo analista le dbería estar vedado). Pero ya se sabe, ningún método de formación es perfecto, y sólo existen psicoanalistas mejores y peores, así como conductistas o cognitivistas mejores o peores, que la teoría que pretenden practicar.
Cuanta soberbia en el sicoanalisis, que pena que sabiendo tanto en vez de volverse mas humanos se la pasesn usando a sus pacientes como animales de laboratorio para envanecerse con sus teorías e hipótesis, lo suyo ni siquiera es una ciencia pero que importa si igual sirve para sus fines económicos y alimentar de sus egos, ¿porque en el sicoanlaisis no ve el paciente cara a cara?…. porque en el fondo es un burdo esquema de manipulación y lavado cerebral en el cual el terapeuta se siente Dios y sólo transmite las limitaciones acaptadas por su comunicadad “científica”, o lo que es lo mismo se manera con un ladrillo, primero entiendan el amor, el respeto y tal vez un día puedan ver a la cara con honestidad a quién pretenden ayudar, elque habla desde arriba no habla dl corazón, habla desde el ego….. que dios los perdone aunque no crean el él o se crean que son él…. si no porque es tan pobre el % de pacientes que logran curar…. por una simple razón, el sicoanálisis no respeta la escencia humana, la degrada y limita …. hasta hacerla “funcional”
Gloria: La conciencia de enfermedad no es algo que pueda imponerse desde fuera. Si él no acepta estar enfermo, no se lo digan.
Pero a un psicoanalista no acuden sólo enfermos mentales. La mayor parte de la gente va porque está angustiada, o porque tiene un sentimiento de insatisfacción, está atravesando un mal momento o quiere resolver algún problema y llegar a sentirse mejor. Es por ese lado por el que habría que proponerle una entrevista con un psicoanalista, y, si se muestra resistente, sólo una. Será tarea del analista crear un vínculo e invitarlo a una nueva cita. Así cominezan muchos tratamientos.
El hijo de mi esposo fue diagnosticado con psicosis, estuvo hospitalizado por 20 dias y ahora esta con medicamentos desde su casa. Continua con pensamientos extraños y no acepta que tiene una enfermedad siquiatrica. Como hacerle entender que lo que le pasa es el producto de una enfermedad para que complemete el tratamiento con un sicoanalista y poder continuar su vida normal.
Gracias por su colaboracion
MONICA: le hemos enviado información por correo privado que ojalá le permita localizarlo. Pero pueden haber muchos médicos con ese nombre.
Sea con él, con quien ya tiene confianza y un camino recorrido, o con otro profesional, si no consigue localizarlo, usted debería realizar un tratamiento psiquiátrico y terapéutico.
BUENO YO SOY UNA CHICA DIAGNOSTICADA CON TRASTORNO BIPOLAR LA VERDAD ES QUE FUI PACIENTE DE HAROLD HERNANDEZ Y QUISIERA PODER COMUNICARME CON EL. YO A EL LE COMENTE QUE QUERIA CONTINUAR CON MI TRATAMIENTO A TRAVES DE EL MI NOMBRE ES MONICA HOYOS ESPERO QUE LEA ESTE MENSAJE Y SI PUEDE ME ESCRIBA AL CORREO MONI20_1985@GMAIL.COM LA VERDAD ES QUE ES UN PSIQUIATRA QUE ME HIZO CAMBIAR EL PENSAMIENTO GENERALIZADO QUE TENIA SOBRE LA PSIQUIATRIA FUE COMO UNA ESPECIE DE PSICOLOGO PARA MI AHORA LEYENDO EL ARTICULO ENTIENDO QUE APLICABA ALGUNA TERAPIA PSICOLOGICA CONMIGO Y LA VERDAD EL ARTICULO ME PARECE MUY BUENO GRACIAS
Williams: el diagnóstico de psicosis es un diagnóstico muy amplio.
Por lo que cuenta es indudable la presencia de delirios persecutorios, pero no podemos saber si se trata de una Paranoia (también llamada Trastorno Persistente de Ideas Delirantes) o una Esquizofrenia Paranoide, lo que daría lugar a diferentes tratamientos médicos.
Usted pregunta si existe una salida, lo que puede interpretarse de diversos modos. La paranoia es un trastorno crónico, pero que no en pocos casos no impide desarrollar una vida valiosa. La esquizofrenia también es crónica, pero evoluciona por brotes, y tiene mejor pronóstico si logran espaciarse y reducir la cantidad de brotes (tenemos pacientes que llevan años, incluso más de una década sin brotes, y puede que no se reproduzcan más, pero no siempre es así).
Es necesario consultar a un psiquiatra que indique y controle un tratamiento psicofarmacológico y, en la medida de lo posible, que realice también un tratamiento psicoterapéutico.
No se trata de alentar falsas expectativas, sino de dejar claro que con un tratamiento adecuado siempre el pronóstico será mejor que sin él.
Holaaa a Todos
Quiero contarles el caso de hermano menor y al final ver si pueden darme alguna solución.
Mi hermano hace como un mes y una semana se enlistó en el cuartel, se fue muy lejos… después de haber estado dos semanas llamó señalando que deseaba retornar a casa… el nos cuenta que había personas que no investigaban (paranoia) y que querían acerle daño, entonces el pedió su baja… en su retorno a casa sintió que alguien lo estaba persiguiendo, por que dejó el autobus junto con su equipaje y dentro de su quipaje su dinero.
vagó por un pueblo cercano casi una semana… el calor de 30 grados no ayudó para nada a su estado paranoico, estabamos incomunicados con el… gracias a Dios una persona se apiadó de el y ayudo a comunicarnos con, el tenía todos sus recuerdos con el… pero después que esa persona lo quizo ayudar el volvlió a desconfiar por lo que escapó de la casa de esa persona…. por miedo.
su caso me asusta… llegó hace una semana a mi casa, pero a cambiado casi completamente, no es el mismo de antes, tiene miedos… se siente como un estorbo para nosotros… a veces quiere morirse, esta pensativo o escuchando cosas… paranoico, que vienen por el y cosas así.
no se que podemos hacer, el doctor de dijo que tenía psicosis, quisiera saber si existe alguna solución para este caso…
el en momentos esta lúsido así como era antes, pero después se vuelve a perder. por favor ayudenme con esta consulta.
CONFIO EN HALLAR UNA RESPUES RÁPIDA… DE ANTE MANO MUCHAS GRACIAS….
QUE DIOS LOS BENDIGA.
Juan: No entendemos que le dieran el alta con un diagnóstico de psicosis bipolar. El Trastorno Bipolar o Psicosis Maníaco Depresiva es un problema crónico, en el que la medicación no debe suprimirse bajo ninguna circunstancia. Así que, si dejó el tratamiento, es natural que tenga una recaída.
Debería volver a consultar a un psiquiatra y, además, a un psicoterapeuta, o a un médico que ejerza ambas funciones.
antesque nada felicitarlos por su trabjo y hacerles una consulta mi hermano despues de un tratamiento le detectaron
psicosis bipolar y estubo en tratamiento luego se estaba mejorando lo dieron de alta pero otra vez a recaido comienza hablar muchas cosas sin sentido como la primera ves eso ocurrio antes de un mes tengo miedo de que se quede asi que hacer??
Holaa
me e quedado imprecionada, con los comentarios, por que yo tenia un primo que tenia psicosis, digo tenia por que el ya No esta el murio, el se quito la vida, dejo a mucha jente que lo amaba mucho, pero por la maldita droga a el le dio psicosis,
y Bueno yo estoi dejando este mensaje
por que,
los que vean este mensaje y los que tengan psicosis,
luchenn luchen No se dejen venser por eso,
busquen apoyo en sus familiares Amigos
y sean fuertez y con fien en dios pidanle mucho a el, que el les solucionara sus problemas
Bueno me hace mal estar escribiendo estas cosas
pero sean fuertez
ya no digo mas adios..
Sencillamente gracias, por tan enriquecedora lectura
Noelia: la psicosis aguda tiene cura, pero tiene mucha facilidad para las recidivas (recaídas), por eso se aconseja un tratamiento prolongado compuesto por medicación anti-psicótica y psicoterapia.
Con el tratamiento adecuado los pacientes pueden llegar a desarrollar una vida normal.
la psicosis aguda tiene cura?
la psicosis aguda tiene cura?
Harold: Estamos casi totalmente de acuerdo con usted. En principio (y esto nos parece fundamental), en el hecho de que no se debe olvidar que las personas que acuden a nosotros son seres humanos, y seres humanos que sufren; lo que hace que nuestro trabajo entrañe una gran responsabilidad. La psiquiatria clásica ha realizado grandes aportes, sobre todo en el terreno de la observación y la descripción, aportes que, lamentablemente, parecen desdibujarse en la psiquiatría contemporánea. La psiquiatría ha evolucionado, sobre todo en el terreno de las neurociencias, pero esa evolución no debería realizarse a costa del borramiento de todo lo que la psiquiatría ha elaborado a lo largo de su historia. El mayor conocimiento del cerebro no debería hacernos olvidar que la mente humana no se reduce a su base material, es decir: que la psiquiatría no es neurología, ni la psicología, biología. La psicoterapia cognitivo-conductual también aporta herramientas útiles, siempre que no querramos reducir toda la subjetividad humana a conductas aprendidas, ni toda la psicopatología a cogniciones erróneas. El mayor riesgo de esta concepción es el de que el psicoterapeuta se crea poseedor de las “cogniciones correctas”. El psicoterapeuta debería actuar siempre desde la humildad. El psicoanálisis sigue siendo, a nuestro entender, la disciplina madre en este terreno, en el sentido de que, por un lado, buena parte de las psicoterapias actuales son desprendimientos del picoanálisis y han sido fundadas por psicoanalistas; y de que al psicoanálisis le queda aun mucho por decir. Usted tiene razón, es lamentable la falta de encuentros entre profesionales de distintas disciplinas, que ni siquiera hablan una lengua común que pudiera posibilitar un intercambio, sino un entendimiento. Es cierto que el inconsciente “se expresa a traves de los gestos, los sueños y los actos fallidos”, pero ojo: es preferible no interpretar los gestos, actitudes físicas, etc., sobre todo en pacientes psicóticos, porque su interpretación puede desencadenar sentimientos y pensamientos paranoides. Son muy importantes la serenidad y la capacidad de generar confianza con pacientes psicóticos, pero hay que tener cuidado con lo que entendemos por comprensión: al psicótico podemos entenderlo, no “comprenderlo”, porque los fundamentos de su pensamiento no son los mismos. Cuando creemos comprenderlo corremos el riesgo de atribuirle nuestros propios pensamientos y nuestra propia lógica, es decir, de no entender lo que efectivamente vive. Hasta ahora ninguna corriente ha demostrado poder “curar” una psicosis, pero eso no quiere decir que no se pueda hacer nada. Al contrario: un psicótico puede estabilizarse y desarrollar una vida no sólo digna, sino que merezca la pena de ser vivida. No olvidemos tampoco que hay muchos neuróticos que sufren más y tiene peor calidad de vida que muchos psicóticos. Por supuesto que los pacientes psicóticos desarrollan transferencia, el problema más que en su ausencia puede residir en su exceso. Lo importante no es que haya transferencia afectiva (que también) sino que pueda confiar en su psicoterapeuta y crear con él una transferencia de trabajo. Es cieto que el mismo Freud consideró que el psicoanálisis no era una herramienta válida para el trabajo con pacientes psicóticos pero, posteriormente, muchos psicoanalistas desarrollaron el psicoanálisis hasta hacerlo apto para el trabajo con esos pacientes. Si algún psicoanalista, al igual que cualquier psicoterapeuta, no confía en su capacidad para trabajar con ellos, es preferible que no lo haga, pero no debe hacer esta incapacidad extensiva a toda su disciplina. Cuestionar algunos presupuestos de una disciplina, como hemos pretendido nosotros, es un ejercicio sano, pero que existan contradicciones no debe hacernos creer que la disciplina no es válida.
Muchos saludos y les felicito mas que por su amplio conocimiento, por la sensibilidad al ver al humano antes del psicótico, y por la actitud de ir mas alla de lo que la ciencia propone, en favor del paciente.
Tratare de ser breve, pero es tanto lo que quisiera discutir.
Estoy empezando mi camino en el conocimiento de la psiquis humana, la psiquiatria clasica no llena mis expectativas, la terapia cognitiva me parece muy practica y aplicable, la neurosciencia es determinante en muchos aspectos, el psicoanalisis sencillamente me impresiona per encuentro mucha reticencia entre cada corriente a converger en puntos comunes, lo cual sería muy enriquecedor.
Quisiera que me despejaran algunas dudas.
Todos sabemos que un paciente psicótico es muy sensible a nuestros gestos, este lenguaje si lo interpreta y se moviliza en estos canales, el paciente psicótico reconoce cuando alguien le quiere ayudar, cuando alguien entiende un poco mas lo que le ocurre. Una de las primeras cosas que aprendi sobre el incosnciente es que se expresa a traves de los gestos, los sueños y los actos fallidos, pienso que tambien con muchas reacciones, comportamientos automaticos y emociones que complementan el mismo lenguaje verbal.
He notado con algunos pacientes interrogados en fases tempranas de brotes psicóticos agudos, en las cuales en apariencia estan -desconectados-, que muestran cambios en sus reacciones si les trata diferente, si se les muestra comprension, si se les expresa tranquilidad y afecto. Más adelante cuando salen de la fase psicótica desarrollan una relación mucho mejor con el terapéuta que les recibió sin aparentemente recordarlo ya que estaban psicóticos.
Porque es posible con algunos pacientes en ´psicosis agudas, entrar en el delirio y sirviendo de puente objetivo con la realidad permitirles autocorregirse al menos en un pequeño grado.
Esto no es transferencia?, porque no se puede trabajar sobre esto con el conocimiento del psicoanalisis?, porque la terapia cognitiva logra interactuar en la psicosis y el psicoanalisis no, pareciese que hay una resistencia voluntaria a no abrirse a nuevas expectativas, cual es el riesgo, que se puede perder?
Disculpen mi ignorancia,, hay mucho que no entiendo, no busco hacer polémica, solo quiero luces, me gustaría mcuho concocer que opinan al respecto.
Ángela: cada psicósis tiene sus propias características y cada persona psicótica (como cada ser humano) es una persona diferente, por lo que no se pueden dar instrucciones generales de cómo tratar a los psicóticos. Quizás la indicación más importante, válida en casi todos los casos (excepto en aquellos en los que el deterioro es extremo) es que el psicótico es, antes que nada, un sujeto humano y merece ser tratado como tal, y no sólo como objeto de cuidados. Él (o ella) debe participar en las decisiones que afectan a su vida, sus deseos deben, en lo posible, ser respetados, y el propio psicótico debe hacerse responsable de su propio tratamiento (preferentemente no sólo médico, si él está dispuesto siempre se beneficiará de una psicoterapia).
Me gustaria tener mas acceso a informacion de como deben ayudar las personas que rodean a una persona psicotica para que salga adelante,idependiente de los medicamentos que los doctores le pueden estar dando.
Gracias.!!!!
María: En ciertos casos puede ser necesario tomar un medicamento toda la vida. No es lo pero que puede pasar. Lo mismo le ocurre a un diabético, por ejemplo.
Los fármacos más utilizados en la fobia social son los antidepresivos tipo ISRS, menos frecuentes son las benzodiacepinas y otros ansiolíticos. También pueden llegar a usarse otro tipo de antidepresivos, los llamados IMAO.
El tratamiento framacológico puede llegar a prolongarse algo más de un año y es conveniente realizar una psicoterapia contemporáneamente para resolver el problema de raíz.
La Risperidona no está específicamente indicada para la fobia social, pero como sí tiene efectos ansiolíticos puede ser útil, sobre todo si la ansiedad es muy resistente o se ve acompañada por otra patología.
EL Risperdal ya se que no cura, lo único que puede hacer es controlar algunos trastornos. Siendo así, cuanto tiempo debe de tomarse sin riesgo para la salud?. Porque eso de tomarlo de por vida…me parece muy fuerte. Será beneficicoso para la fobia social?
Arnau: Si leer estos casos lo desanima, no los lea. Continue con el tratamiento psicofarmacológico (la dosis de Risperidona que le han prescripto es una dosis baja, probablemnte suficiente para usted) y psicoterapéutico… y busque lecturas que no lo desanimen.
hola. Me estoy recuperando de un brote psicótico declarado hace unos cuantos meses, ya tuve varios en el pasado,en el cual mis emociones saltan de un lado para otro, escucho gritos de violencia y rechazo de mi jefe y a veces me cuesta pensar y expresarme con claridad y sufro solo de salir a la calle. Estoy en tratamiento de risperdal 4,5mg y algunos dias con ansiolíticos. En gran parte ha sido por el abuso de drogas, por el estress laboral y por la mala situación familiar. Estoy yendo a una psicoterapeuta desde unas semanas pero mi dia a dia es casi traumático, por no decir de mis relaciones sociales etc. Leyendo estos casos me desanimo mucho porque lo he vivido solo y lo veo todo como muy traumático. Nada me satisface y pierdo el tiempo debido a mi desazon.
María: Las personas paranoicas suelen ser personas inteligentes y muy desconfiadas. Es muy difícil lograr que acudan voluntariamente a un tratamiento y es difícl dar con un profesional que sepa merecer su confianza.
Más difícil aún es hacer un pronóstico. Algunos consiguen estabilizarse y hacerse cargo de su vida; otros no.
Mientras funcione aceptablemente, habrá que aceptarlo así e intentar que no pierda contacto con los tíos. Si sufre una crisis, puede llegar a ser necesario un tratamiento involuntario.
En ningún caso tiene sentido discutir sobre su salud mental
Muchas gracias por la respuesta. No hemos conseguido que quiera volver a un especialista y pienso que va a ser casi imposible. ¿Qué podría pasar si no lográsemos que vaya a un psicoterapeuta, podría ir a más el trastorno? ¿Creeis que sería posible que él por su propia voluntad acudiera a un médico?
Muchas gracias.
María: el profesional parece no haber sabido manejar adecuadamente la situación. Los Trastornos Persistentes de Ideas Delirantes o Psicosis Paranoica con ideas de perjuicio son muy sensibles y desconfiados. Además, suelen ser muy resistentes a la medicación. Los mejores resultados suelen obtenerse si logra dar con un psicoterapeuta capaz de merecer su confianza. Algunos psicoanalistas son muy hábiles para llevar estos casos
Mi hermano lleva tres años acusandonos a mi madre y a mi de querer perjudicarle. Cambió de ciudad buscando otro trabajo y se ha separado de todo su circulo familiar y social. Tras lograr convencerlo de acudir los tres a un psiquiatra para solucionar nuestros problemas el especialista le diagnostica delante de él una psicosis delirante con ideas de perjuicio, diciendonos que debe realizarse un ingreso involuntario puesto que no puede estar viviendo solo y debe medicarse. Tras esto su reacción fue decir que todo estaba preparado, que le hemos hecho una encerrona y no quiere saber nada de nosotras. Solo mis tios están en contacto telefónico con él para que se sienta apoyado. Por favor necesitamos ayuda para saber como actuar para ayudarlo, y si es cierto que si no se medica de inmediato puede empeorar e incluso tomar represalias contra nosotras. Gracias.
Marisa: Un brote psicótico puede ser un episodio aislado y no presupone una estructura psíquica determinada, aunque sí cierta fragilidad en la estructura.
La esquizofrenia, en cambio, sí es estructural, constituyente de la persona. Otra manera de estar en el mundo a la que hay que adecuarse para estabilizarla, mediante un tratamiento, y evitar que tenga efectos perjudiciales a largo plazo sobre la propia vida
me han diagnosticado esquizofrenia pero no entiendo la diferencia entre esta y brote psicotico
La verdad me gustaria que hubiera una mayor cantidad de informacion, ya que me interesa mucho este tema.
Es un trabajo muy bueno, caso Nicolas; en donde la interpretacion simbologica cobra la importanmcia de su (buena) evolución. En ultima instancia no importa si es diagnosticado como Esquizofrenico o Psicotico. Desde la perspectiva psicoanalitica, es en realidad la conexion entre paciente y psicocanalista lo que ira construyendo “el objeto del deseo”.
Gofer, Con la información que nos transmites es imposible saber si se trata de una psicosis tóxica o de una esquizofrenia.En todo caso, las psicosis tóxicas no derivan en esquizofrenia, otra cosa es que, con posterioridad, se descubra una esquizofrenia.
Risperdal 1 mg. es una dosis demasiado baja para cualquiera de los dos diagnósticos, así que no sólo no puede ser excesiva aún para una psicosis tóxica sino que sospechamos que quien te la indicó no cree en ninguno de los dos diagnósticos que aventuras.
En cualquier caso, nunca es conveniente modificar la dosis sin consultar a un profesional.
hola e tenido un brote psicotico superado sin medicar dos años antes del segundo, que en este si que estoy tomando medicacion, hasta la fecha.
La razon de los dos brotes,la mas probable, es que fuera por ingesta de alcohol acompañado con drogas.
Mi pregunta es puede ser esquizofrenia o simplemente psicosis,y si es psicosis o esquizofrenia que tipo, si es el primer caso puede derivar en la segunda; ademas estoy tomando risperdal 1mg al dia, no es una medicacion un tanto fuerte para el caso de los brotes en el caso de que no sea esquizofrenia. Puede llegar el momento en que deje la medicacion o sabiendo que tube una recaida despues de bajar a 1/2mg,(momento en el cual aumente la medicacion), tenga que continuar con ella siempre.
MUCHAS GRACIAS.
Antonio, psicosis y esquizofrenias no son lo mismo. La esquizofrenia es una psicosis, pero no toda psicosis es una esquizofrenia. Incluso un episodio esquizofrénico no es considerado por los manuales diagnósticos suficiente para diagnosticar esquizofrenia, puede ser un episodio aislado.
Esos mismos manuales diagnósticos psiquiátricos incluyen otras psicosis, aunque no siempre las llamen así. Un cuadro psicótico, por ejemplo, puede deberse a una intoxicación por drogas (y es uno de los pocos casos en que los manuales lo llaman psicosis). Por otro lado, no todo delirio ni toda alucinación indican una psicosis.
La psiquiatría clásica incluía en sus clasificaciones un grupo amplio de psicosis (que no figura en los manuales actuales, pero sí puede funcionar en el criterio diagnóstico de muchos psiquiatras). Las psicosis incluían, junto a las Esquizofrenias y las Paranoias (hoy llamadas por esos mismos manuales Trastorno Persistente de Ideas Delirantes), a las psicosis melancólicas, histéricas, obsesivas, etc.
Y hay grandes diferencias al respecto entre las diferentes corrientes. Freud dividía a los cuadros psicopatológicos en Psicosis, Neurosis, un grupo intermedio: las Psiconeurosis Narcisistas (muchos analistas los llaman bordeline) y las Perversiones; y consideraba que todo sujeto humano estaba incluido en uno de los cuatro. Muchos psicoanalistas creen que hay cuadros psicóticos que pueden desarrollar personas no psicóticas. Por último, para Lacan, simplificando mucho, neurosis y psicosis son dos maneras de estar en el mundo.
Como ves, es importante saber quién diagnóstico un cuadro psicótico y apoyándose en qué hechos y en qué concepción. Pero ni para los psiquiatras ni para los psicoanalistas psicosis es sinónimo de esquizofrenia.
Un saludo
hola mi nombre es juan,y me gustarian k me dijeran si hay alguna diferencia entre un cuadro psicotico diagnosticado y la esquizofrenia si estamos hablando de dos conceptos diferentes o si van unidos por necesidad
Felicitarle por su maravilloso trabajo, me parece de una humanidad exquisita y de una excelente profsionalidad y agudeza mental.Maravilloso.
JUan Carlos,
Nosostros nos hemos inspirado para este trabajo, fundamentalmente, en en el Seminario III de Jaques Lacan, Schreber de Sigmund Freud y nuestra propia experiencia clínica. La bibliografía psicoanalítica sobre psicosis es muy abundante.
ME HA PARECIDO UN TRABAJO EXCELENTE. PODRÍAN SUGERIRME MÁS BIBLIOGRAFÍA SOBRE EL TEMA?.
JUAN CARLOS