Ésta es la principal cuestión que Marino Pérez Álvarez, psicólogo y catedrático de la Universidad de Oviedo, ha puesto de manifiesto en la VI Jornada Anual La prevención de los trastornos mentales: el camino más corto, que la Fundación Manantial ha presentado en el Hospital Gregorio Marañón, en Madrid.
“Muchos de los problemas de la vida cotidiana se magnifican y llegan a convertir en trastornos mentales”. Éste es el caso de la timidez tradicional, que hoy llega a diagnosticarse como ansiedad y fobia social. “También sucede con las personas que acuden a las consultas refiriendo cambios de humor y que son diagnosticados de trastorno bipolar”. En este sentido ha afirmado que “considerar los trastornos mentales como enfermedades es sencillamente una falacia”. Según estima Pérez Álvarez, no se puede utilizar el término enfermedad para referirse a los trastornos psicológicos.
“Se cree que denominarlo así puede reducir el estigma que sufren los pacientes con problemas de salud mental; sin embargo, precisamente se consigue el efecto contrario”. Así, considera prioritario “llamar a las cosas por su nombre” como primer paso para prevenir los trastornos mentales. “De esta forma evitaremos introducir innecesariamente al supuesto paciente en el circuito del diagnóstico y la medicalización”.
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