Reelaboración de un artículo publicado en El País el 10-10-2016

Alicia era una adolescente de 15 años de edad, muy bien parecida, brillante en los estudios y muy sociable. Desde que alcanzó la pubertad se siente acomplejada porque dice que tiene demasiado pecho. Su madre dice que “ahí empezó todo”.

Toda su familia sospechó que algo ocurría porque, pese a que comía opíparamente, comenzó a perder peso. Se alejó de su grupo de amigas porque le insistían en que se estaba metiendo en un callejón sin salida. En varias ocasiones escucharon cómo vomitaba en el baño del instituto después de haber comido el bocadillo de media mañana.

Desde aquello han pasado tres años. Su índice de masa corporal es muy bajo, pero comienzan a advertirse las primeras señales de control de la enfermedad. Está en seguimiento en una consulta de psicología y con un endocrinólogo”.

El estereotipo clásico es la adolescente o mujer brillante en el plano profesional o en los estudios, muy perfeccionista, muy interesada por el mundo de la nutrición y preocupada por su imagen personal.” dice Iván Carabaño Aguado, jefe de Servicio de Pediatría del Hospital Universitario Rey Juan Carlos de Móstoles y del Hospital General de Villalba.

La anorexia no es sólo cosa de chicas

Entre el 4% y 6,5% de mujeres con edades comprendidas entre los 12 y 21 años, y del 0,2% al 0,9% de varones adolescentes padecen trastornos de la conducta alimentaria en España.

En los varones el estereotipo es un adolescente obsesionado por la musculatura, que pasa horas en el gimnasio, preocupado por su imagen, con riesgo de vigorexia, y antecedentes de sobrepeso u obesidad.

Las personas anoréxicas suelen ser obsesivas con el orden, de gran responsabilidad y auto exigencia. Además pueden existir antecedentes de sobrepeso o “la participación en disciplinas donde la valoración corporal es muy exigente, como el ballet o la gimnasia deportiva”, valora el psiquiatra infantil Carlos González Navajas.

Cada vez se declaran más casos, pues las familias y los propios adolescentes disponen de más información. A su vez, los pediatras estamos más concienciados sobre este tema, y tomamos cartas en el asunto antes. Pero qué duda cabe, no hemos de olvidar que los estereotipos sociales de la delgadez tienen también su cuota de culpa en este aumento”.

La prevención es la mejor defensa: atajar el problema antes de que esas conductas se fijen , o en sus primeras fases. Cuanto más precoz es la detección, más favorable es el pronóstico”.

¿CÓMO DETECTAR SI MI HIJA O HIJO PADECEN SÍNTOMAS ANORÉXICOs?

  • Pérdida de peso excesiva e inexplicada (No es lo mismo si un jóven o adelescente quiere bajar unos kilos y hace dieta)
  • Ausencia o pérdida de menstruación (más de tres ciclos consecutivos).
  • Preocupación excesiva por perder peso.
  • Sensación frecuente de frío.
  • Cambio en la vestimenta: ropa muy amplia.
  • Modificación de los hábitos alimentarios.
  • Distorsión de la imagen corporal.
  • Miedo exagerado a subir de peso.
  • Obsesión con las calorías de cada alimento que ingiere.
  • Evita comer en público.
  • Bebe líquidos excesivamente.
  • Práctica compulsiva de gimnasia o deportes.
  • Perfeccionista. muy brillante, con excelente rendimiento académico.
  • Baja autoestima.

¿Qué hacer ante la sospecha?

Lo primero es no negar estas conductas o desestimarlas como “un capricho pasajero”Los casos más leves, en sus comienzos, se pueden recuperar simplemente con ayuda familiar y social, fundamentalmente del grupo de amigas o amigos.

Si las conductas (obsesión con la autoimagen, rechazo a la comida, vómitos reiterados o abuso de laxantes) persisten, es conveniente consultar a un psicoterapeuta especializado en el trabajo con niños y adolescentes.

El ingreso sólo es conveniente cuando hay riesgo severo para la salud física. Generalmente, aunque durante el ingreso se lo fuerce a recuperar peso, al salir del hospital se ve horrible y reincide en esas conductas.

Eduard Serrano Coordinador de la Unidad de Trastornos Alimentarios del Hospital Sant Joan de Déu, en Barcelona, dice: “Un 50% de los pacientes anoréxicos consigue una curación total (en tres años) y alrededor de un 20% más se recupera de forma parcial, es decir, siguen con una preocupación excesiva por la ingesta de comida, pero mantienen un peso saludable.”

En el caso de la bulimia se recuperan totalmente alrededor del 85% de lo pacientes.

Este artículo ha sido redactado por profesionales con más de 25 años de experiencia en el sector de psicología y psiquiatría. Tenemos gabinetes en Majadahonda y Madrid Centro. Si tienes más dudas o deseas consultarnos algo llámanos al 607 99 67 02 o escríbenos a info@persona-psi.com