Elaboración del reportaje “Contra la obesidad, cariño” publicado en El País el 27/06/2016

Varón. Edad:14 años. Altura: 1,57. Peso: 78 Kg:

Me he criado en una urbanización de los alrededores de Madrid y desde siempre tuve mucha facilidad para relacionarme con otros niños del barrio, aunque siempre me recuerdo siendo el niño gordo.”

Cuando en el colegio salíamos al recreo y comíamos el bocadillo, los otros niños se alejaban de mí porque pensaban que con el mío no iba a ser suficiente y me iba a comer los suyos. En la hora de gimnasia, cuando nos tocaban los aparatos, como yo no tenía la agilidad de los demás, me dejaban el último para que toda la clase viera como me caía cuando iba a saltarlos, así como cuando subía las cuerdas y todos se reían de mí.”

Cuando jugábamos al fútbol me tocaba ser portero porque al estar gordo ocupaba más trozo de portería y era más difícil meterme goles”.

Con la ropa ha sido y es un suplicio porque como me tienen que comprar tallas grandes suele ser ropa de mayor y con dobleces con lo que me siento como un espantapájaros (otro motivo de risas).”

La verdad es que siempre me he sentido solo o con el grupo de los fracasados, y ahora que me he hecho mayor no hay ninguna chica que quiera salir conmigo porque les da vergüenza ir con un gordo.”

Al escribirte esto me doy cuenta de que mi físico me ha aislado completamente y me he hecho un mundo aparte, a mi medida, donde fantaseo que soy delgado y feliz.”

He intentado miles de dietas, me han llevado a muchos endocrinos , pero no ha servido de nada y a veces para engordar más. Una amiga de mi madre ha estado en tratamiento contigo y me ha dicho que tú no le obligabas a no comer y a pesar de eso ahora esta delgada.”

Es sorprendente que, pese a la relativa eficacia de los tratamientos exclusivamente nutricionistas y endocrinólogicos, se insista en ellos. Que, pese a que todos sabemos que los atracones y el exceso de comida responden fundamentalmente a problemas psicológicos, rara vez se consulte a un psicólogo.

Un tratamiento psicológico de la obesidad o el sobrepeso empieza por desentrañar qué lleva al sujeto a dirigirse a la comida cuando no es el hambre lo que se pretende saciar. Qué pulsión lo arrastra a que esa sea su forma fundamental de gozar.

Sabemos que las causas de la obesidad son el exceso en la ingesta y el sedentarismo, pero si pretendemos que un sujeto logre resolverlo sólo por la voluntad (que es importante) y con una modificación de su conducta alimentaria, sin profundizar en su orígen, lo más probable es que fracasemos.. Si la demanda de que baje de peso es exclusiva de los otros: la familia, los médicos, etc., y no es vivida por el sujeto con sobrepeso en primera persona, fracasaremos.

Un elemento fundamental es adquirir la posibilidad de no recurrir a la comida para intentar resolver conflictos emocionales o relacionales, ni para intentar llenar una sensación de vacío. Si el sujeto no puede renunciar no es por falta de voluntad, sino porque encuentra en la ingesta su principal y casi exclusiva forma de satisfacción

Cuando se trata de un niño o adolescente es muy importante que la relación con los padres no gire en torno a la comida y la balanza. Dejar un espacio en que en el propio sujeto emerja el deseo de adelgazar y no sea sólo una exigencia superyoica.

Sólo puede haber eficacia duradera cuando el sujeto afectado por el sobrepeso tome sus propias decisiones al respecto y se haga protagonista de su cambio.

Este artículo ha sido redactado por profesionales con más de 25 años de experiencia en el sector de psicología y psiquiatría. Tenemos gabinetes en Majadahonda y Madrid Centro. Si tienes más dudas o deseas consultarnos algo llámanos al 607 99 67 02 o escríbenos a info@persona-psi.com